Panasonic ha presentado la nueva Lumix DMC G-3, una cámara sin espejo (mirrorless) que se queda muy cerca de darnos lo mejor de una réflex. Un cuerpo diminuto y un sensor de 16 Megapíxeles son las cartas de presentación de una pequeña gran cámara. Pero su mayor virtud puede ser también su peor defecto. Es tan pequeña que su manejo puede llegar a ser complicado. Demasiadas funciones para poco espacio, y una pantalla táctil que unos adoran y otros detestan.
Ofrece casi todo lo que podría darnos una réflex de iniciación, incluido el precio. 700 euros es el precio de la versión más básica, sin contar que puede subir enormemente si queremos un buen juego de objetivos. Por ese precio nos compramos una réflex de sobra, así que ¿merece la pena arriesgarse con una cámara como la Lumix DMC G-3?
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