Los chicos de Apple están recapacitando. Hace apenas unos días, unos investigadores londinenses revelaron que el iPhone y el iPad estaban almacenando las ubicaciones y las redes Wi-Fi cercanas al lugar en el que se encontraba el usuario del dispositivo. Las alarmas no tardaron en saltar y días después, supimos que los teléfonos equipados con Android y con Windows Phone 7 también eran capaces de guardar esta información, aunque cada una de estas compañías lo hiciera a su modo.
Steve Jobs apareció, a pesar de que se encuentra de baja médica, para decir que la gente de Apple no estaba rastreando a los usuarios y que en cambio sí lo hacían los de Android. Dejando de lado esta fea acusación, al equipo de Cupertino no le ha quedado más remedio que salir a dar explicaciones y a corregir de paso el problema. La solución llegará en forma de actualización.
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