Las conexiones 4G, que comienzan a popularizarse en Estados Unidos gracias sobre todo al empuje de las operadoras Verizon y Sprint, podrían demorarse en Europa hasta una década. Es una de las conclusiones a las que llegaron un grupo de expertos reunidos con motivo del encuentro NetEvents. Una demora que podría dejar muy atrás al viejo continente en cuestiones de velocidad y de adopción de la tecnología.
Algo que iría en contra de las pretensiones de la Unión Europea, que ha mostrado repetidas veces (con mayor o menor éxito) su compromiso con colocar a los países europeos en lo más alto de la brecha tecnológica. Las razones que explicarían este retraso estriban, cómo no, en la fuerte inversión que supondría adoptar estas nuevas conexiones, aunque no es el único motivo que se esgrime.
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