Intel es una de esas empresas que mueven sus brazos en diversas direcciones, intentando penetrar lo máximo en diversos mercados (no hay que olvidar la sorpresiva compra de McAfee hace unos meses). Y más en un campo que no le es extraño como el de las memorias. La nueva serie 130 de tarjetas SSD de Intel permite una capacidad máxima de 80 GB en mucho menos tamaño que otras gamas anteriores de la empresa.
Precisamente el tamaño es la clave dentro de estas tarjetas, que tienen como objetivo los dispositivos móviles, y más concretamente los tablets. Unos dispositivos que están un paso por debajo de los ordenadores en características (cada vez más cerca) y que necesitan unas capacidades de almacenamiento lo suficientemente grandes, sin olvidar su reducido tamaño. Intel trata de resolver a esa necesidad con su serie 130.
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