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Google tení­a la intención de inaugurar su servicio de música para hacer coincidir la apertura con la campaña navideña, pero está teniendo graves problemas para obtener las preceptivas licencias por parte de las grandes discográficas. Éstas se muestran reacias a permitir un servicio no probado como el del portal, que consiste en una especie de cajón virtual digital donde los usuarios podrí­an almacenar su propia música para después reproducirla en streaming en cualquier dispositivo.

La primera objeción que la industria pone al nuevo servicio de Google es que en estos discos virtuales se podrá almacenar música legal, pero también ficheros ilegales. El macroportal pretende crear un servicio según el cual los usuarios pudieran descargar música, pero además mantener una copia almacenada y activa en la nube, en carpetas virtuales dentro de los servidores de la compañí­a. Las discográficas están dispuestas a permitir las descargas, ya le están sacando rentabilidad a iTunes. Lo que no tienen nada claro es lo de la copia en el ciberespacio.

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Tampoco tienen en claro el caracter del acompañamiento publicitario de las descargas en streaming desde esas carpetas virtuales, pero sobre todo el reparto del dinero. La posibilidad de llegar un acuerdo antes del 31 diciembre está cada vez más lejana, y fuentes internas de la compañí­a fijan el primer trimestre de 2011 como la fecha más posible. Y eso, si se soluciona antes el tema económico, y el portal da suficientes garantí­as de seguridad a las discográficas, que no ven con malos ojos que a los de la manzana les salga un rival duro de roer.

Hay algunas empresas que ya se han hecho a la idea del formato en la nube. Es el caso del servicio KeyChest de Disney, que permite a los usuarios comprar pelí­culas y series, almacenarlas en servidores especiales de Internet, y descargarlas en streaming a diversos dispositivos como teléfonos o televisores. Otras compañí­as no tienen tan claro eso del almacenamiento en remoto, que para ellos constituye una copia. Este quizá sea el gran escollo, que piensan que comprar una canción, descargarla a un teléfono, y mientras tanto mantenerla en la red es realizar copias, y quieren cobrar dinero de todas y cada una de ellas.

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