Este mes de noviembre está dando muchos disgustos a los responsables de seguridad del sistema operativo para dispositivos móviles de Google. Primero fue el exploit para el Webkit del navegador móviles de Android. Luego ha venido el demoledor informe de Coverity, una empresa de seguridad que ha detectado cerca de cuatrocientos fallos de seguridad en el kernel de Android, de los cuales una cuarta parte presentan un alto nivel de riesgo.
Los smartphones de hoy en día son casi tan potentes como los ordenadores de sobremesa de hace unos pocos años. Por eso, no debiera sorprender que la comunidad de expertos de seguridad requiera a Google para que implante un procedimiento de actualizaciones de seguridad mucho más flexible, a imagen y semejanza de los vigentes para los sistemas operativos para ordenadores de sobremesa.
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