Los aficionados a las películas de ciencia ficción están de enhorabuena. Dentro de pocas semanas va a estrenarse «Tron: Legacy«, la que muchos auguran que puede ser el nuevo Avatar de este año. Ha sido rodada en 3D, pero para dar más credibilidad a la historia, las primeras secuencias ambientadas en el mundo real se muestran en 2D, y pasan a tres dimensiones cuando Sam Flynn (Garret Hedlund) entra en el mundo digital creado por su padre Kevin, interpretado por Jeff Bridges.
Tron: Legacy, retoma la historia y el universo del clásico de 1982, Tron, también protagonizado por Jeff Bridges. Todo empieza cuando Sam decide investigar el paradero de su padre y acaba embarcado en una aventura a vida o muerte en un ciberuniverso virtual donde su padre lleva atrapado los últimos veinticinco años. En sus andanzas les acompaña una joven ayudante, Quorra (Olivia Wilde). Durante ese tiempo el mundo ha evolucionado y se ha convertido en mucho más peligroso.
El productor de esta secuela 3D de una película en 2D es Steve Lisberger, director y coguionista de la Tron original. Para el rodaje de han empleado cámaras digitales de Sony con sensores CCD de 35 mm y objetivos de 35 mm que graban el vídeo en alta definición sin comprimir. También se han utilizado cámaras montadas en un casco, para que el actor pueda ejecutar una toma en directo, interactuando con los otros miembros del reparto dentro de una misma escena.
Para conseguir rejuvenecer a Jeff Bridges en su papel de Clu 2.0 y que tuviera el mismo aspecto que a principios de los años ochenta, la cabeza y el cuerpo del actor se han recreado digitalmente utilizando la tecnología Emotion Capture. Esta tecnología captura los movimientos de los actores y es un desarrollo de Digital Domain. Por otro lado, los trajes iluminados que llevan los personajes en el ciberuniverso son esculturas luminosas a medida con lámparas electroluminiscentes hechas de láminas de polímero flexible.
Fotos: Disney