El espacio dentro de la carcasa de un teléfono móvil moderno es muy escaso. Los ingenieros encargados de la antena deben amoldarse a esas restricciones. En la lucha por el espacio, la batería y otros componentes como el chip, tienen las de ganar. Eso se traduce en dispositivos móviles con un aspecto exterior impecable, pero que tienen problemas de recepción, como es el reciente caso del famoso Apple iPhone 4.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Rice en Estados Unidos ha desarrollado un prototipo de teléfono móvil con doble antena. Han situado una de las antenas en la trasera y la otra en el frontal de la terminal. Además se trata de antenas direccionales. Este diseño no sólo es más eficiente, sino que requiere bastante menos energía que las soluciones convencionales.
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