Las imágenes en tres dimensiones son la última atracción que ofrecen las industrias del cine y de la electrónica de consumo. Poner más definición a las imágenes o añadir más canales de audio a la banda sonora no parecía suficiente para capturar la atención del gran público, y hacerle volver a visitar las salas de cine. Había que ir más allá. El gancho ha tenido que ser el cine 3D.
De la gran pantalla, las tres dimensiones quieren pasar a ocupar los salones de las casas con los televisores 3D. La principal resistencia está en el hecho de que resulta imprescindible ponerse unas gafas especiales para poder apreciar el efecto tridimensional, tanto en casa, como en los cines. Esto no es necesario en un smartphone 3D, cuya pantalla el usuario puede colocar en el ángulo pertinente para ver el vídeo o el videojuego en tres dimensiones.
Leer todo sobre los smartphones pueden llevar la moda 3D a todos los bolsillos