Decenas de años de experiencia adquiridos por Yamaha en el diseño de instrumentos han servido para crear un altavoz de graves capaz de dar un rendimiento excelente, sobre todo para un aparato que cuesta 740 euros. Puede lanzar sin dificultad hasta 600 W de sonido. El frontal está ocupado en su mayor parte por un cono de 25 cm de diámetro, construido en fibra de papel montada sobre araña de aluminio, y dos puertos de graves con geometría diseñada por ordenador y tallados en madera.
Si a todo esto le unimos que en la caja apenas tiene superficies paralelas, se entiende que se eliminen con facilidad las reverberaciones, las ondas estacionarias, y otro tipo de efectos indeseables. El sonido alcanza desde los 18 a los 160 Hz, y el corte es variable de 40 a 140 Hz. Es posible manejar el subwoofer mediante el mando a distancia controlando toda las funciones. Tiene una electrónica inmejorable.
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