Este es un miembro de reducido tamaño dentre de la familia de proyectores de sonido de Yamaha, si se compara con los primeros modelos que salieron al mercado. Es un producto elegante y bien diseñado, pero con un aspecto sobrio. Tiene acabados de calidad, pero lo que vende la casa por los 550 euros que cuesta, es sobre todo sonido. Sonido compacto y sin fisuras.
El frontal del aparato está muy despejado, con cierto aire arquitectónico, y en el centro alberga la pantalla lcd donde aparecen diversas informaciones. También hay algunos botones para gestionar funciones y sobre todo fuentes, aunque esto se puede hacer también sin problemas desde el mando a distancia que no es demasiado atractivo pero cumple perfectamente su función. Lo importante es el sonido, y ahí cumple bien. Suena muy parecido a como suenan los equipos de cinco canales más graves con cinco altavoces, y esto lo hace con una sola caja en la que encierra 18 conos de altavoz.
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