Windows 7 ha mejorado considerablemente la estabilidad del sistema respecto a su antecesor, Windows Vista. Sin embargo, aún tiene vulnerabilidades y agujeros por los que puede colarse un hacker cualquiera. Una de estas vulnerabilidades es, en realidad, una característica de la gestión de redes Wi-Fi que permite a un equipo funcionar, de forma simultánea, como cliente y servidor de una red inalámbrica. Según la consultora Airtight Networks esta característica puede ser aprovechada por terceros para conectarse al equipo que emite la red Wi-Fi y, de ahí, pasar a la red corporativa de la empresa de forma encubierta y bajo la misma IP del huesped.
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