En apenas 20 años, los televisores 3D serán capaces de representar de forma casi perfecta al entorno visual natural del ser humano. Esto es lo que se desprende del último informe publicado por la Comisión de Estudio del Sector de Radiocomunicaciones de la Unión Internacional de Telecomunicaciones. Estos televisores simularán a la perfección la visión estereoscópica del ojo humano.
La primera generación de pantallas está a punto de llegar a las tiendas. Son las que recientemente han presentado diversos fabricantes como Samsung, Panasonic o Sony. Son pantallas planas estereoscópicas, que en realidad no muestran imágenes en tres dimensiones. Lo que hacen es mostrar dos visiones complementarias de un mismo escenario. Estos dos puntos de vista simultáneos, uno para cada ojo, acaban mezclándose en el cerebro para producir una falsa impresión de tridimensionalidad. El problema es que para poder ver la imagen estereoscópica es preciso emplear gafas de obturación activa alternativa, que van tapando uno u otro ojo según los televisores van mostrando uno u otro punto de vista. Los televisores 3D recién presentados, aún nos van a acompañar al menos durante unos ocho o 10 años.
La hoja de ruta de la ITU prevé una siguiente generación de televisores capaces de ofrecer múltiples puntos de vista simultáneos, de manera que la experiencia será similar a la del ser humano cuando mueve libremente la cabeza arriba y abajo, a izquierda y a derecha para no perder nada del entorno que le rodea. La experiencia actual es la de un ser humano mirando dentro de una caja donde hay objetos tridimensionales representados.
Las pantallas tridimensionales de la tercera generación van a ser capaces, según la Oficina de Radiocomunicaciones de la ITU, de registrar la amplitud, la frecuencia y la fase de las ondas luminosas. Serán unos sistemas tan inteligentes que podrán reproducir el modo en que el ser humano. Lo que no está todavía claro es si estas imágenes se proyectarán sobre una superficie plana, en un entorno espacial como sugieren los creadores de hologramas, o si serán proyectadas directamente a la retina como vaticinan algunos investigadores japoneses.
La ITU reconoce en su informe que el futuro de la televisión tridimensional no depende únicamente de sus recomendaciones, sino que también va a depender en gran medida de la capacidad de los proveedores de contenido para generar esos nuevos contenidos, para lo que tendrá que invertir en nuevo equipamiento capaz de representar las tres dimensiones cada 10 años.
