Cuando se habla de las baterías de los móviles o las de los nuevos vehículos eléctricos, una de las preguntas que interesa conocer es la vida útil del dispositivo (calculado normalmente en ciclos de carga completa). El controvertido iPhone, por ejemplo, tiene una batería no reemplazable con una vida de 400 ciclos completos (que en función del uso del terminal puede girar en torno a los dos años).
Sabiendo esto, imagínate la proyección del descubrimiento hecho por la empresa nipona Eamex, donde aseguran haber desarrollado un sistema para prolongar la operatividad de una batería de Ion-Litio hasta las 10.000 recargas. Esta autonomía, que podría suponer una vida útil de unos 20 años, podría ser posible gracias a una modificación aplicada a la tecnología existente de este tipo de baterías. Básicamente, se trataría de reforzar los electrodos positivo y negativo que participan en el suministro de energía, de forma que no se debiliten tanto en los ciclos de carga y descarga.
La aplicación de la nueva batería de Eamex no sólo tiene un importante sentido en los teléfonos móviles (que representan la aplicación más popular de las baterías de Ion-Litio). El funcionamiento en vehículos eléctricos se postula como uno de los más interesantes desde el punto de vista comercial. Lo que no se ha dicho sobre esta mejora en las baterías es si el avance también buscar prolongar la autonomía de la unidad dentro del propio ciclo de carga y descarga o si sólo está orientada a ampliar la vida útil del dispositivo.
No está mal. Pero la cuestión es que no se trata solamente de cuantas recargas soporte la batería, sino de que cuantas menos recargas, mejor.
Esto se traduce en fabricar baterías que duren mucho, pero muuucho mas que las actuales.
¿Eso no sabe fabricarlo nadie? ¿Nadie es capaz de fabricar una batería que tenga miles de horas de autonomía?
Señores fabricantes, investiguen mas en ese sentido.