Ya se sabe que en tiempos de crisis brotan fórmulas «mágicas» por doquier que apelan al sentido del ahorro. En medio de la vorágine, compañías como Orange inventan productos con la esperanza de captar nuevos clientes. Lo último se llama «Disfruta tu fin de semana» y es un nuevo módulo de pago de telefonía móvil cuya publicidad induce a equívoco.
El módulo se presenta bajo el reclamo de hacer llamadas por ceros euros los sábados y domingos, pero cuando se leen las condiciones, se descubren datos que matizan, y mucho, la información.
Es para clientes de contrato. Existen dos modalidades. Si el cliente de Orange se ha comprometido con una de las mal llamadas «tarifas planas» por franjas, debe pagar 5,68 euros adicionales al mes. A cambio, podrá «completar su franja horaria», lo que no es lo mismo, bajo ningún concepto, que obtener llamadas gratuitas. Si se tiene un sistema de tarificación por franjas, se dispone de un determinado límite, por ejemplo 400 minutos, para consumir dentro de un horario cuyo inicio coincide con las 18.00 de la tarde y finaliza a las 08.00 de la mañana. Una vez gastados, las llamadas se cobran a precio normal. Así que con el módulo «Disfruta de tu fin de semana«, lo que se hace en realidad es «ampliar» el horario de 08.00 a 18.00 durante los fines de semana para hacer uso de esos minutos. Pero una vez empleados, se paga lo de siempre. Así que el usuario se ve siempre obligado a vigilar cuánto tiempo habla.
Los clientes de la operadora francesa que paguen por minutos, deberán embolsar 9,16 euros mensuales. Podrán entonces hablar durante sábados y domingos sin que, en teoría, les suponga un coste adicional. Para promocionar el producto, Orange asegura que durante la campaña navideña cobrará todas las altas en el servicio a 3,5 euros. Se dispondrá del mismo hasta el 28 febrero, fecha en la que los clientes decidirán si renovarlo o no. Si se decantan por lo primero, tendrán que pagar el precio establecido en un principio. De nuevo, ojo con lo que se anuncia y tener en cuenta que las expresiones «gratis» o «cero euros» esconden con frecuencia otras realidades.