A primera vista, esta idea parece buena, pero quizá no lo sea tanto. Se llama Minus y es un cubo de basura que congela los desperdicios para evitar la proliferación de bacterias y, por tanto, los malos olores o los antihigiénicos escapes de la bolsa de basura. Además de producir frío y de emitir un resplandor azulado que queda bien en cualquier cocina, este cubo de basura futurista tiene una batería de neones en la tapa, similares a los que se usan en hospitales, y cuya luz contribuye a matar los inquilinos no deseados de la basura.
Y decimos que, a primera vista, parece una buena idea, porque en realidad lo único que nos ahorra es tener que bajar la basura esas noches que deambulamos en pijama por la casa y no tenemos ni malditas las ganas de bajar hasta el contenedor. A cambio de satisfacer nuestra vagancia, el cubo Minus contribuye a que consumamos más energía eléctrica cuando medio mundo nos está diciendo que moderemos el gasto de watios.
Claro que quizá también producimos demasiada basura. En otros países de la UE donde los ayuntamientos no recogen la basura todos los días de la semana quizás sí sea necesario utilizar este invento. Sería interesante comprobar si seríamos capaces aquí de reciclar la basura lo suficiente como para mantenerla en casa varios días.
El cubo Minus tiene la tapa transparente para poder ver nuestros detritus y unas medidas de 33 x 40 x 54 centímetros, aunque la capacidad de su cubeta interna es menor ya que las paredes son precisamente las que albergan el sistema de refrigeración. Una pantalla LED en el frontal sirve para leer la temperatura y dos sencillos botones nos ayudan a regularla a nuestro antojo. Antes de que los enemigos de bajar la basura se animen, hay que decir que Minus es sólo un prototipo del diseñador industrial Turco Cem Tí¼tí¼ncí¼oÄŸlu, así que, de momento, no está a la venta.
Fuente: Gizmodo / Yanko Design
