Parece como si algunos de los proyectos del gigante Google nacieran con mala estrella. Su intento de hacer una televisión en Internet no está teniendo demasiado éxito. El público norteamericano no acaba de encontrarle el atractivo a la historia de ver canales de televisión en la pantalla del salón, pero extraídos de Internet, cuando muchos de ellos además emiten a través del cable o de las ondas.
Los expertos coinciden en que Google TV se está hundiendo. Las ventas de aparatos compatibles con el servicio para los meses de abril, mayo y junio han sido negativas. Esto significa que se han devuelto más descodificadores de los que se han vendido. Una auténtica debacle en un proyecto que esperaba vender miles de aparatos todos los meses, y consolidarse como el gran hermano de la televisión en Internet.
Hay muchos factores que han contribuido a la falta de éxito de esta iniciativa. Los operadores de televisión y las productoras de contenidos han visto en Google TV un rival que pondrían en peligro sus cuentas de resultados, y la mayoría de ellos han bloqueado el acceso del servicio a sus contenidos de Internet. En muchos casos incluso los han retirado para curarse en salud. Ante la falta de contenidos, muchos usuarios no quieren comprar un aparato que sólo permite ver pocos contenidos en la pantalla del salón.
El caso es que por el camino, Google se va a llevar por delante a todos los que pensaron que se trataba de una buena idea. Probablemente el fabricante que más está notando el descenso en las ventas es Logitech, que ha rebajado el precio de su set top box, Logitech Revue desde los 250 a los 100 dólares. El cacharrito de marras va a dejar un agujero de 34 millones de dólares en las cuentas de la empresa. Los de Logitech justifican la bajada diciendo que el comprador norteamericano pensaba que se trataba de un producto demasiado caro para lo que ofrecía. En realidad la bajada suena a liquidación por derribo.
