Aunque siguen buscando fórmulas para relanzar la franquicia Tomb Raider, no hay nada como los clásicos. Y eso es lo que debe de pensar un grupo de programadores empeñados en recrear el código de los primeros cinco Tomb Raider para usarlos al gusto. Tras las peticiones realizadas a Eidos y Core Design, antiguos padres de la criatura, lanzan una versión de Tomb Raider 1 que se puede jugar directamente desde el navegador de Internet Google Chrome.
Eso sí, de momento es un nivel a modo de demo. Del juego completo poco o nada se sabe. Y es que todo depende de los propios creadores de OpenTomb, el mencionado proyecto de código abierto de recreación. Ellos son los encargados de rehacer desde cero, pero con el mayor de los cariños, la saga protagonizada por Lara Croft.
La nostalgia llega al navegador
No es la primera vez que un Tomb Raider se lleva al navegador, pero sí de esta manera. En la demo, que puedes jugar a través del enlace de OpenTomb es posible comprobar el acercamiento de este grupo de desarrolladores. Acercamiento con mejoras, eso sí. Y es que el título ahora cuenta con una mejor iluminación sobre nuestra querida Lara Croft, además de una sombra realista. También se ha eliminado la limitación de 30 cuadros por segundo y todo luce mucho más fluido. Y se puede jugar con mando y a cámara lenta. Eso sí, los píxeles y las texturas siguen con el diseño original para el regocijo de los amantes de lo clásico.
Claro que este proyecto también tiene algunas carencias. Encontramos algunos malos funcionamientos como que el oso nos persiga incluso dentro del agua. Además el control resulta algo tosco. Nosotros hemos probado este Tomb Raider en el navegador de Internet Google Chrome directamente con el teclado.
¿Preparado para la Realidad Virtual?
Una de las mejoras que sobresale sobre el resto es la visión en primera persona. Es entonces cuando nos metemos de lleno en el papel de Lara Croft. Tomb Raider se convierte en una suerte de Mirror”™s Edge. Claro que su manejo es algo más complejo. Sin embargo, ha hecho volar nuestra imaginación. Y es que ¿no sería maravilloso ponerse unas gafas VR y rejugar el clásico desde otra perspectiva?
