Amazon está dispuesta a ampliar el servicio de almacenamiento de ficheros en la nube Amazon Cloud Drive que ha lanzado recientemente en Estados unidos, para que esté disponible en otros países. No se diferenciaría demasiado de otros servicios de almacenamiento remoto salvo porque el comerciante en línea deja también alojar archivos musicales, incluso los comprados en MP3 en Amazon. Las primeras reacciones de la industria de la música no se han hecho esperar.
De inmediato se han puesto en contacto con el comerciante para recordarle que no puede almacenar música en sus servidores sin pagar los correspondientes cánones y licencias. Pero han pinchado en hueso. Los de Amazon no están dispuestos a pagar ni un solo duro por una música por la que en teoría los usuarios ya han pagado. Así se lo han hecho saber a las mayores discográficas mediante una carta en la que expresan su negativa a pagar ningún tipo de licencia por un servicio de almacenamiento remoto de archivos.
En dicha carta afirman que el asunto sería diferente si se decidieran a ofrecer otro tipo de servicios, como la posibilidad de compartir el mismo fichero entre dos usuarios, para que quien utilice el servicio no tenga que perder el tiempo subiendo sus ficheros a la nube, sino que ya se los encuentre allí. En ese supuesto, si estaría justificado el abono del correspondiente canon. La carta termina pidiendo a las discográficas que esperen a tener nuevas noticias de Amazon. Dicho de otra manera, «no nos llame, ya le llamaremos nosotros» o aún mejor, «calladitos estáis más guapos».
Por de pronto, las amenazas legales de la industria no se han plasmado en demanda judicial, y esto resulta sumamente interesante. La jugada de Amazon es arriesgada, pero brillante, ya que así ha conseguido adelantarse al servicio de música en la nube de Google, que por cierto lleva meses paralizado porque los del portal no consiguen llegar a un acuerdo conjunto con todas las discográficas.
Vía: El Pais