Ojo, que si pensabas que el 4K era el culmen del detalle visual en los televisores, aquí está Samsung para demostrarte que todavía hay un escalón más. Hemos probado su televisor QLED Q900R de 65 pulgadas, que destaca por tener un panel 8K. El doble de calidad y definición que el 4K. Y ya te contamos desde aquí que hay margen para disfrutar aún más de una imagen. Aunque de momento no hay mucho contenido de calidad 8K, el nuevo modelo tiene una ventaja: es capaz de completar las imágenes para ofrecer un buen resultado con con vídeos y canales en baja resolución. Y es verdad que nunca llegan a la calidad 8K; sin embargo, es verdad que ninguna tele (hasta ahora) era capaz de mejorar tanto los vídeos de baja resolución cuando los vemos en tiempo real.
Además, su panel de 65 pulgadas cuenta con HDR10+. Y es que sus 33 millones de píxeles ofrecen muchas ventajas más a la hora de mostrar el contenido. Más detalle también ayuda a mostrar más contraste e incluso sensación de profundidad en la imagen. Todo ello apoyado de un Full Array nivel Elite que permite intensificar el brillo y oscurecer los negros allá donde haga falta.
Samsung QLED 8K Q900R
Pantalla | Plana con tecnología QLED de 65 pulgadas | |
Resolución | 8K | |
Tecnologías de mejora de imagen | Ultra Black 2.0 Elite Q Contrast Elite Q Color (100% de color = mil millones de colores) Supreme UHD Dimming Q Angle View (mejora de ángulo de visión) Direct Full Array Elite Contrast Enhancer |
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Brillo | QHDR 8K: 3.000 nits HLG | |
Diseño | Slim Titanio Peana con dos posiciones (se puede esconder en la trasera) Aspecto minimalista Posibilidad de colgar en la pared con sistema No Gap |
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Procesador | Procesador de cuatro núcleos Inteligencia Artificial para reescalado y mejora de imagen |
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Conectividad (OneConnect) | – 4 HDMI – 3 USB – Ethernet (LAN) – Salida de audio digital (Óptica) – Entrada RF: 1 Terrestre/1 Entrada de cable/2 Entrada satélite – Ex-Links (RS-232C) – CI Slot – WiFi Integrado – Anynet+ (HDMI+CEC) |
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Audio | Dolby Digital Plus Salida de sonido de 60W 4,2 canales Soporte para Multiroom Link compatible con audio por Bluetooth |
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Funciones Q Smart | Smart TV Recomendaciones por Inteligencia Artificial Búsqueda por voz desde One Remote Control TV Plus Guía universal Detección automática de conexiones SmartThings Ambient Mode |
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Accesorios | Mando One Remote Control Premium Soporte No Gap (modelo de 85 pulgadas) |
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Aplicaciones compatibles | SmatThings Samsung Smart View |
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Dimensiones | 1.452,2 x 898,2 x 304,8 milímetros (con peana) | |
Peso | 29,7 Kg (con peana) | |
Fecha de lanzamiento | Disponible | |
Precio | 4.990 euros |
Pero es la Inteligencia Artificial la verdadera novedad en estos televisores de Samsung. Una herramienta que ayuda a que todo lo que veamos en el panel, provenga de la fuente que sea, con más o menos resolución, siempre luzca de la mejor manera posible en semejante panel 8K QLED. Pero mejor te contamos nuestra experiencia en detalle a lo largo de este artículo.
Diseño minimalista y con un solo cable
En Samsung ha funcionado realmente bien la fórmula del aparato OneConnect. Es decir, sacar todas las conexiones del cuerpo del televisor a una caja de relativo pequeño tamaño. De esta manera podemos colocar el televisor en cualquier lugar de la casa sin preocuparnos de romper con la estética. Ni llenar todo de cables. Tan solo hay uno trasparente que lleva la electricidad y las conexiones entre el televisor y la mencionada caja con los puertos y el verdadero cable de corriente. Así podemos ocultar todo esto detrás del mueble, en un cajón o detrás de una estantería.
OneConnect sigue requeriendo un buen espacio para su colocación. Es una caja amplia y puede calentarse ligeramente, pero nada que nos llega a hacer preocuparnos por el bienestar del aparato o del mueble en el que lo coloquemos. Sigue siendo todo un acierto en cuanto a diseño y comodidad para las conexiones.
El diseño de este televisor Q900R es realmente minimalista. Por no decir mínimo. Apenas ves un finísimo marco cuando miras de frente el televisor. Destacan más las patas laterales por su tamaño más grueso que las hace más visibles. Sin embargo, sus líneas rectas están pensadas para mantener la atención donde se debe: en la imagen. El grosor del televisor no es superior a un pulgar, y la parte trasera estriada es prácticamente plana y casi atractiva. Al menos durante el montaje.
Por cierto, ensamblar las patas del televisor y realizar la conexión de OneConnect es realmente sencillo. Estas piezas vienen inteligentemente encajadas en el dorso del televisor para ocupar menos espacio. Solo hemos necesitado una superficie plana acolchada y segura y un destornillador. Además, el paquete incluye el soporte No Gap en caso de que queramos colgar el televisor de una pared, como si fuera un cuadro.
Todo lo que ofrece el 8K
Hay una gran virtud y un gran defecto en esto del salto cualitativo del 4K al 8K en estos televisores de Samsung. La parte positiva, sin duda, se lo llevan los detalles y el resto de factores visuales que se ven mejorados por tener relación directa con el aumento del número de píxeles en el panel. La parte mala es que hay poco contenido realmente nativo grabado y distribuido en calidad 8K actualmente. Sí, hay vídeos en YouTube y en algunos servicios de streaming. Pero o tienes la cuenta mejorada en dichos servicios, o te limitas a ver documentales vistosos sin arco argumental. Es decir, es una tecnología nueva y aún necesita contenidos. Para paliar esta limitación temporal, desde Samsung han incluido el mejor sistema de interpolación que he visto jamás para vídeos de baja y media resolución.
La experiencia visual es, simple y llanamente, sobrecogedora. Cuando nos hemos plantado delante del televisor a ver uno de estos vídeos de YouTube, nos ha faltado tiempo y agilidad visual para poder fijarnos en todos los detalles. Resolución y definición en plumas y texturas de animales y superficies se llevan la palma. Pero ha sido descubrir un nuevo concepto de profundidad lo que nos ha llamado realmente la atención.
Nos hemos acercado al panel para tratar de vislumbrar algunos de sus 33 millones de píxeles, y no hemos podido a simple vista. Si colocamos una imagen de una calle profunda en este panel, veremos que los detalles no se desdibujan conforme se acercan. Todo está definido, con lo que se consigue una sensación de percepción de la profundidad completamente nítida. Si está lejos es porque es pequeño, pero se ve claro si está enfocado. Y esto es algo que nuestro cerebro no está acostumbrado a procesar.
También se deja notar mucho en cuanto a los colores y el rango dinámico. Más puntos de color (píxeles) significan más detalle, más posibilidades de perfilar y de mostrar uno u otro tono. Según Samsung, como ya sucedía en el resto de televisores de alta gama, puede representar el 100 por 100 de volumen de color. Pero también mucho más niveles de brillo. Tanto es así que casa con la certificación HDR10+, lo que hace que las escenas con brillo y oscuridad en la misma imagen sean más realistas y llenas de detalle.
Claro que para ello Samsung también regula las sombras y los brillos de manera más eficaz con su tecnología Full Array Diming Elite. La cuadrícula de iluminación es mucho más pequeña y detallada, así que permite aislar mucho mejor los brillos de las sombras. Esta tecnología ha evolucionado hasta tal punto, junto al QLED, que a pesar de no ser OLED, consigue unos negros profundos y de calidad. Incluso parece que el televisor se encuentra totalmente apagado si la imagen se queda en negro, sin destellos ni reminiscencias de la retroiluminación.
En definitiva, la calidad visual de este televisor Samsung Q900R sobresale por muchas razones. Pero no hay que quedarse en el 8K, sino en las virtudes extra que ofrece. El contraste es alto, sin perder definición ni detalle en los claros, y controlando los oscuros para otorgar calidad al conjunto de la imagen. Una evolución que nos ha permitido tener nuevas sensaciones a la hora de ver imágenes como es la percepción de la profundidad.
Lo mejor: el reescalado
No importa lo que veas a través de este televisor Q900R, la calidad de la tecnología QLED y los avances de este año nos han dejado con la boca abierta. Y esto pasa en cualquier contenido. Incluso en los de peor calidad, como los de 576 líneas (canales como 24 Horas o Paramount Channel) o en el supuesto de los canales FullHD de la televisión digital. El hecho es que esta tele completa cada imagen de cada vídeo con un sistema inteligente que multiplica por diez los que suelen usar los competidores. Desde luego, en estos casos se ve que se trata de imágenes y vídeos reescalados, pero con una calidad tan impresionante, como inédita hasta ahora. Y es que no importa la fuente o el contenido, todo se ve bien en este televisor Samsung.
No hay que olvidar que el 8K es 16 veces más calidad que la resolución FullHD. Y que la señal de televisión no siempre aprovecha toda esta calidad en su máximo exponente. Es por ello que, completada y filtrada por el procesador de este televisor, todo se ve realmente bien.
Samsung ha aprovechado la Inteligencia Artificial para incluir no solo 20 algoritmos que estudien y retoquen la imagen para mostrarla a mayor resolución como se hacía hasta ahora. Los ingenieros de Samsung han usado 256 algoritmos de inteligencia artificial para encargarse del proceso. Algo que se ha dejado notar según nuestra propia experiencia. Y es que incluso comparado con los televisores del año pasado el tratamiento de la imagen de menor resolución ahora consigue un efecto “wow”, aunque sea originalmente de 576 líneas o FullHD. Así que olvídate de ver imágenes pixeladas o poco definidas incluso cuando proceden de resoluciones menores.
Un televisor más inteligente
La Inteligencia Artificial de Samsung se deja notar en la calidad de imagen, pero también en la sugerencia de contenidos. Los nuevos televisores 8K se apoyan en Bixby, su asistente por fin en castellano, pero también son compatibles con Google Home y Alexa. Pero lo interesante es que, de la mano de Bixby, es capaz de sugerir contenidos al usuario según el uso y consumo que este haga del televisor, las series y películas vistas a través de él.
En nuestra experiencia tras unos días de uso hemos notado más la mejora de la imagen que la sugerencia de contenidos. Y es que seguimos confiando en servicios como Netflix o HBO, o incluso en la aplicación de YouTube para mostrar contenidos nuevos y que puedan ser de nuestro interés. Mientras tanto, Samsung sigue buscando captar usuarios en sus servicios bajo demanda, con sugerencias más cercanas, sí, pero que pasan desapercibidas si acostumbras a usar otros servicios.
Por supuesto Samsung sigue apostando por su sorprendente Ambient Mode. Una tecnología que permite hacer pasar desapercibida la pantalla del televiso al camuflarlo con el fondo. Ya lo vimos el año pasado, y esta generación repite con diferentes opciones para disimular su presencia, o para servir como marco digital para fotos, noticias actualizadas, la hora o la información del tiempo.
Todo ello sin olvidarnos de sus posibilidades de SmartThings, es decir, de conexión con el resto de electrodomésticos inteligentes de Samsung. Y es que, si disponemos de otros aparatos capaces de conectarse a la misma red WiFi, el televisor será una especie de centro de mando donde revisar información y comprobar detalles sin levantarte del sofá.
Conclusiones
A primera vista, nos puede parecer que estos nuevos TV de Samsung son parecidos a los de la anterior generación, pero por dentro todo ha cambiado. Y lo de la resolución 8K no es una mera llamada de atención marketiniana. La tecnología QLED sigue superando sus propias posibilidades cuando se junta con esta alta resolución. Y tiene sentido gracias al reescalado de contenidos, que durante unos años será más que necesario hasta que haya una producción habitual en 8K.
Pero son todos los pequeños detalles extra de esta resolución los que marcan la diferencia respecto al año pasado. Un contraste brutal, un brillo que consigue que cada escena tenga un efecto wow sin difuminar colores no empobrecer las partes más oscuras de la imagen. Y una Inteligencia Artificial que resuelve excelentemente bien cada imagen que se muestra en pantalla, sin importar la resolución o la fuente de procedencia.
En definitiva, verdadera calidad de imagen más allá de las cifras y los datos técnicos. Claro que todo esto tiene un precio, y en el caso de este televisor Samsung QLED Q900R es de cerca de 5.000 euros. Este es el precio de la innovación, que en esta nueva generación de televisores 8K parece estar justificado, según lo que hemos podido ver y disfrutar.