El beneficio neto de Samsung ha caído en el tercer trimestre debido a los problemas surgidos por el Note 7, su último phablet. La compañía ha obtenido un beneficio neto de unos 3.660 millones de euros al cambio en el tramo entre julio y septiembre. Samsung también ha reducido su beneficio operativo en el mismo período un 29,6% en términos interanuales hasta los 4.200 millones de euros. Además, se han registrado un 7,5% menos de ventas que en el mismo trimestre de 2015. Es evidente que el Galaxy Note 7 le ha salido bastante caro a Samsung, aunque se espera un repunte de sus beneficios de cara al último trimestre.
Cuando Samsung anunció el Galaxy Note 7 hace unos meses no sabía hasta que punto podría perjudicarle de cara a sus últimos resultados económicos. No han sido nada positivos, lo que se traduce en pérdidas. La firma asiática no solo ha visto reducir su beneficio operativo en el último trimestre un 29,6% (4.200 millones de euros), también ha vendido un 7,5% menos que en el mismo periodo del año anterior. Samsung comercializó sus dispositivos en todo el mundo por valor de 38.500 millones de euros entre julio y septiembre. Por si esto fuera poco, su división de telefonía móvil, que es por regla general la más rentable, reportó un beneficio operativo de 800 millones de euros en el tercer trimestre, una cifra algo baja si la comparamos con los 1.900 millones de euros del mismo período de 2015.
Samsung ha conseguido la mayor parte de sus beneficios durante el último trimestre de la venta de los semiconductores, aunque también se han producido bajadas. Esta unidad acumuló un beneficio operativo de 2.700 millones de euros, un 7,9% menos si comparamos esta cifra con la del mismo periodo del año pasado. En cualquier caso, el beneficio operativo de la división de pantallas ha crecido un 9,7%, llegando a los 823 millones de euros. También lo ha hecho la de electrónica de consumo, que ha duplicado el suyo hasta los 620 millones de euros.
Y, ¿qué espera la compañía de cara al último trimestre? Samsung prevé un aumento en sus beneficios gracias a la subida de la demanda de sus últimos buques insignia Samsung Galaxy S7 y Galaxy S7 Edge en la próxima temporada de Navidad y la salida al mercado de nuevos dispositivos de gama media y baja. En cuanto al Galaxy Note 7, el responsable de las pérdidas de la asiática, Samsung ha suspendido las ventas de forma temporal. Se desconoce en qué momento quedará solucionado el problema con las baterías, cuyo mal funcionamiento ha causado explosiones en los terminales en una buena parte del mundo. Esto podría haberle llevado a acelerar la fabricación del Galaxy S8, aunque de momento todo son rumores y es un dispositivo que debería darse a conocer a principios de año durante el próximo Mobile World Congress. Parece, como ellos mismos han comunicado, que sus próximos pasos son esperar a la temporada navideña y lanzar nuevos modelos de gama media y baja.