Libros

Lo de no abrir un libro, no nos parece nada conveniente para la salud intelectual, pero esto es lo que pretende uno de los equipos que trabaja en el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT). Los investigadores acaban de desarrollar una cámara que usa la radiación de terahercios para leer el texto que aparece en las páginas de cualquier libro, sin necesidad de que tengamos que abrirlo. ¿Y para qué sirve este invento? ¿Por qué demonios uno no querrí­a abrir un libro que quiere leer? Pues muy sencillo. La cámara del equipo de investigación del MIT está especialmente desarrollada para trabajar con documentos históricos que tienen un valor incalculable, pero que por su fragilidad y valí­a, no pueden ser manipulados en exceso. Sus páginas se deteriorarí­an todaví­a más de lo que están y el documento, podrí­a correr el riesgo de desaparecer definitivamente. Pero, ¿cómo funciona exactamente esta tecnologí­a? ¿Puede resultar de ayudas para ciertos colectivos dedicados al patrimonio y a la investigación? La respuesta es sí­, pero veamos por qué.

La radiación llamada de «terahercios» está a medio camio entre las radiaciones de microondas y los espectros infrarrojos. El equipo eligió esta técnica por su particular interacción con los diferentes productos quí­micos y por ser capaz de detectar las diferencias existentes entre la tinta y el contraste del papel en blanco. La herramienta usa unos algoritmos muy complejos y un software que puede traducir las frecuencias y distinguir las letras de una página. Lo hace adentrándose en el libro y llegando a los distintos espacios de aire (20 micrómetros de espesor) que hay entre las páginas. Como puedes imaginar, se trata de cálculos bastante precisos, que pueden llegar a proporcionarnos toda la información que quisiéramos extraer de un libro, sin necesidad de manipularlo en exceso o de aplicar en él otras técnicas que también pudieran resultar perniciosas para su conservación.

En estos momentos, la cámara de terahercios es capaz de calcular de una manera bastante precisa la profundidad de unas 20 páginas, pero solo puede distinguir los caracteres de una sola página, dentro de una profundidad de nueve. Ademas, según ha explicado el equipo, para poder funcionar correctamente, el papel tiene que tener cierto grado de transparencia.

El equipo de trabajo, compuesto por los investigadores Barmak Heshmat, Ramesh Raskar y Albert Rehacer Sánchez del MIT y Justin Romberg y Alireza Aghasi de Georgia Tech, ha confirmado que la cámara de terahercios podrí­a convertirse en una herramienta fundamental en determinados contextos. Pensamos, por ejemplo, en museos u otros organismos que trabajen habitualmente en el estudio y la catalogación de documentos históricos, delicados y sensibles por el paso del tiempo. Poder acceder a sus contenidos sin necesidad de abrirlos o manipularlos demasiado serí­a un gran avance para seguir conservando nuestro patrimonio intelectual intacto.

Recibe nuestras noticias

De lunes a viernes mandamos un newsletter con los titulares del día a +4.000 suscriptores

I will never give away, trade or sell your email address. You can unsubscribe at any time.