Dropbox ha decidido seguir los pasos de otras compañías ilustres como Google, Apple o Facebook. La compañía detrás de este servicio para guardar archivos en red y trabajar de manera colaborativa (la plataforma de este tipo más importante del panorama) hará que su negocio en Europa se canalice a través de Irlanda. Esta decisión no afecta al usuario en su uso habitual de la herramienta, pero le permitirá a la marca ahorrarse importantes cantidades de dinero en forma de impuestos. Te contamos todos los detalles sobre esta decisión estratégica de Dropbox.
Irlanda se ha convertido desde hace tiempo en el paraíso fiscal de las empresas tecnológicas fuera de Europa. Se considera que fue Apple quien abrió la veda con la decisión de facturar todas sus ventas en Europa a través de Irlanda. ¿El motivo? Los impuestos que se cargan sobre los beneficios de este país son muy inferiores a la media del resto de países europeos. Por ejemplo, si comparamos España con Irlanda facturar en nuestro país supone pagar tres veces más impuestos que cruzando el canal de la Mancha. Pero hay más. La legalidad de Irlanda permite volver a redirigir la facturación a través de paraísos fiscales como las Seychelles, con lo que se den casos en los que las compañías terminan pagando un 3% (o incluso menos) de sus beneficios frente a un 35% inicial. Un marco muy polémico (aunque enteramente legal) que está llevando a los países europeos a replantear la forma en la que atajar este problema.
Antes de que esto ocurra, Dropbox ha decidido apuntarse a este carro y ya ha avisado a sus usuarios a través de un correo electrónico de que cambia sus términos de servicio. Básicamente, estos cambios suponen que todos los servicios que ofrece la compañía a los usuarios que vivan fuera de Norteamérica (Estados Unidos, Canadá y México) pasarán a través de Dropbox Irlanda. Esto incluye tanto la plataforma orientada al consumidor Drobox, como su plataforma empresarial Dropbox para empresas o las herramientas Carousel y Mailbox. Estos cambios en los términos de servicio no afectarán en ninguno caso la experiencia de uso de Dropbox o las funciones disponibles. Sin duda, una decisión que le podría permitir ahorrar a la compañía mucho dinero en impuestos, pero que reabre la polémica sobre este tipo de estrategias que afectan notablemente la recaudación de los gobiernos en los países donde se está produciendo realmente el negocio.
Por poner un ejemplo de las singularidades a las que llevan estas prácticas, hace pocos años Apple España presentó una declaración a Hacienda en la que el resultado final le salía… A devolver. Y hablamos de la compañía que más beneficios consigue en el mundo. Los cambios en las condiciones de servicio de Dropbox entrarán en vigor para todos los usuarios de la plataforma a partir del próximo 1 de junio. Para los usuarios que creen una cuenta en la plataforma por primera vez tanto en sus servicios para consumidor como en empresas, estos cambios están vigentes desde el pasado 1 de mayo.