La Comisión Europea ha dado el golpe en la mesa que provocaba tantas reticencias entre las operadoras, y por fin ha acabado por decidir la eliminación de las tarifas por uso de redes extranjeras por parte de operadores nacionales dentro de los países de la Unión Europea. Con ello, el roaming en el territorio de los 27 pasará a la historia. Por desgracia, el itinerario que se marca el regulador comunitario desplaza al año que viene la puesta en marcha de la medida, de modo que este verano los usuarios que transiten por los países de la UE deberán seguir teniendo en cuenta las tarifas que marcan sus proveedores de telefonía dentro del continente. Y es que no será hasta el año que viene cuando la supresión del roaming sea una realidad.
En concreto, desde el 1 de julio de 2014, los clientes que se desplacen entre territorios de la Unión Europea conservarán sus tarifas de voz, mensajería y datos, de modo que no tendrían que estar al tanto del cambio de precio en el coste de llamadas, tráfico de SMS o navegación por Internet. Pese a todo, el plan que culminará en el objetivo marcado para dicha fecha ha de ser diseñado todavía. En este sentido, durante las próximas seis semanas el regulador desarrollará un informe que ponga en blanco sobre negro cómo proceder, buscando en cierta medida la satisfacción de los operadores.
Y es que precisamente las compañías telefónicas no estaría muy por la labor de tan beneficiosa medida para los usuarios. Ya han venido mostrando su disconformidad durante las etapas anteriores de esta historia. El año pasado, cuando se impuso un listón que debía igualar a todos los países de la Europa comunitaria, ya se manifestaron reticencias, y no será para menos en este momento en que se rompe la baraja de la tarificación adicional.
A pesar de que el plan de ajuste para la supresión del roaming se diseñará durante el próximo mes y medio, no sería hasta la primavera de 2014, a las puertas de la puesta en marcha de la medida, cuando se expondrían las condiciones exactas de la nueva estructura a la que deberían ajustarse las operadoras. No obstante, por el momento se desconoce si habrá un acuerdo que pase por la adopción de un plan conjunto con el que las compañías establezcan nuevas condiciones o si, directamente, se aplicarán exactamente las mismas tarifas que en los países de origen. Pese a todo, y a juzgar por la actitud manifiesta de Neelie Kroes, vicepresidenta de la Comisión Europea y comisaria de Agenda Digital, el itinerario seguiría la dirección de la primera opción.
La medida llega en pleno debate acerca de cómo podrían encauzar las compañías el modelo de negocio de la telefonía en un futuro inmediato. Durante el mes de febrero ya asomaron actitudes que señalan la conveniencia de eliminar el cobro de llamadas y mensajes SMS para centrarse en la facturación de datos, habida cuenta de un notable crecimiento en el consumo por tráfico en redes móviles y por la expansión de las nuevas infraestructuras que hacen posible la llamada cuarta generación o LTE. No obstante, en nuestro país los responsables de las cuatro grandes operadoras no se han pronunciado a este respecto o han desplazado la cuestión para un futuro.