Si George Orwell levantara la cabeza se daría cuenta de que la figura del Gran Hermano ha quedado dispersa. O esto es lo que parece si nos fijamos en la última novedad en materia de seguridad que ha despertado a Reino Unido. La empresa británica Internet Eyes ha diseñado un nuevo sistema de vigilancia privada en el que cualquiera puede participar desde Internet, pudiéndose llevar al bolsillo hasta 1.000 libras por detectar un crimen a tiempo.
Hay quien lo define como una auténtica intromisión en la privacidad de los británicos, al permitir que las personas civiles sean el ojo que todo lo ve. Los cibervigilantes que se apunten al proyecto deberán realizar previamente una suscripción gratuita para ver las imágenes de la cámara que les hayan asignado. Cuando detecten algún movimiento sospechoso, podrán enviar una captura del vídeo al propietario de la cámara y así avisarle de que algo podría estar ocurriendo.
El alquiler de cada cámara tiene un coste de 20 libras a la semana, dinero que la empresa invierte (entre otras cosas) en pagar a los cibervigilantes que se apunten al bombardeo. Cada vez que pueda considerarse que han evitado un delito, serán compensados con 1.000 libras, unos 1.100 euros al cambio actual. Las nuevas cámaras de Internet Eyes se sumarán a los 4,2 millones de ojos que ya espían a los habitantes de Reino Unido, lo que supone un escalofriante 20% del total de cámaras de videovigilancia que habitan el mundo.
Fotos: CBS_Fan, marcn y Roob J Brooks