Lo retro también puede ser futurista. Aunque parezca una contradicción, el diseño de vanguardia también puede inspirarse en lo antiguo. Un claro ejemplo es este modelo conceptual de coche llamado F-Cell Roadster, que acaba de presentar en sociedad la marca Mercedes-Benz. Se inspira en el primer coche del mundo, una reliquia creada en 1894 por Karl Benz, el padre de la firma de automóviles.
Se trata de un prototipo diseñado y creado por 150 becarios de distintos departamentos de la compañía, que han tenido el privilegio de dar rienda suelta a su imaginación y han ideado este asombroso biplaza.
Este original transporte, aparte de no tener volante, utilza como fuente de energía el hidrógeno. Con esta tecnología verde, el F-Cell Roadster, puede alcanzar una velocidad máxima de 25 kilómetros por hora y una autonomía de 350 kilómetros sin repostar. En lugar de volante, el F-Cell Roadster se dirige con una especie de joystick, inspirado en el curioso mando Benz Patent Motorwagen.
Los asientos son de fibra de carbono pero están recubiertos con una elegante tapicería de piel de primera calidad. El frontal en forma de pico está inspirado en los monoplazas de Fórmula 1 actuales y las puertas modelo «alas de gaviota» son un homenaje claro a la historia de la marca.
Desde Mercedes se ha dejado claro que es sólo un modelo de exposición y que no se tiene pensado comercializar ni producir a gran escala. Lo que sí es verdad es que hay buenos becarios en la marca alemana.
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