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Las videoconsolas ya no son videoconsolas. Las de sobremesa se han convertido también en servidores de almacenamiento y reproductores de salón, entre otras funciones. Y en las portátiles, están entrando prestaciones más propias de otros equipos de bolsillo. Es lo que sucede con la nueva Nintendo DSi, que llegará a las tiendas en abril con cámara de fotos, editor de sonidos y reproductor de música, entre otras nuevas prestaciones.

Eso sí­, tras probar con nuestras propias manos la futura consola portátil de Nintendo, lo cierto es que algunas de estas nuevas funciones dejan bastante que desear. Sin ir más lejos, la DSi no puede reproducir MP3, algo que nos parece inaudito a estas alturas del siglo XXI. Y las fotos que hace  tienen muchas posibilidades, siempre y cuando no las mostremos fuera de su pantalla. Pero mejor empecemos repasando su nuevo diseño.

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¿Qué aporta la Nintendo DSi respecto a su predecesora DS Lite? Pues unas medidas generales casi imperceptiblemente más reducidas, con dimensiones de 137 x 75 x 19 mm y 214 gramos de peso. Nada que vayamos a notar especialmente a la hora de llevarla en el bolsillo o sostenerla con las manos. También son muy parecidas en su interior, con la excepción del tamaño de las pantallas. Debajo tenéis una foto comparativa: a la izquierda y de color negro, la Nintendo DSi; a la derecha y con «calzón» blanco, la Nintendo DS Lite.

Se habí­a especulado con la posibilidad de que la nueva DS llevase dos pantallas táctiles. Pero no, la de abajo sigue siendo la única sobre la que podemos aplicar los dedos o el lápiz óptico, que como siempre puede guardarse en un compartimento situado en la parte inferior de la consola. La diferencia más importante está en que ambas pantallas han crecido de 3 a 3,25 pulgadas de diagonal.

Sigue estando lejos de las 4,3 pulgadas de la PSP, pero no dejan de ser dos pantallas en las que el mayor campo de visión se agradece. Ambas pantallas poseen cinco niveles de brillo, uno más que en la DS Lite, pero a la hora de la verdad es una ventaja que apenas se nota.

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Como ya os adelantamos, la DSi no lleva el lector de cartuchos de Game Boy Advance que poseen sus predecesoras. Esto era algo que tení­a que suceder tarde o temprano, pues Nintendo ha dejado de fabricar dicha consola y ya hace tiempo que la DS cuenta con sus propias entregas de Pokemon (la franquicia de juegos más exitosa en la GBA). Esta pérdida trae consigo también una novedad: un lector de tarjetas de memoria SD en un lateral.

Teniendo en cuenta las nuevas prestaciones de la Nintendo DSi, es un acierto incluir la posibilidad de ampliar su almacenamiento interno de 256 MB, y además siguiendo el estándar por excelencia en las tarjetas de memoria. Lástima que, como veremos más adelante, no suceda lo mismo con las nuevas funciones que incluye. Pero primero detengámonos en las cámaras. Porque son dos: una interna justo en el tubo central entre las dos pantallas, y otra externa situada en una esquina de la tapa trasera. ¿Para qué pueden servir en una consola portátil? Podemos ver una muestra en el siguiente ví­deo.

Como vemos, la chica del ví­deo está usando unas de las «lentes» (en realidad es sólo un efecto digital) de la cámara interna: Distorsión. En total son once efectos distintos, que podemos usar con ambas cámaras mientras enfocamos aquello que queremos retratar o editando posteriormente fotos ya hechas. En este último caso sólo hay una excepción: el efecto Montaje, con el que primero colocamos elementos artificiales en la imagen, y luego enfocamos para crear fotos graciosas.

Por supuesto, podemos hacer fotos completamente normales, sin ningún tipo de efecto. Otra de las opciones que tenemos se llama Muecas, con la cual podemos modificar automáticamente una cara de tres formas: haciendo que parezca feliz (quizás es el que está menos conseguido), que se enfade o que parezca triste. Es algo que recuerda mucho a la tecnologí­a FaceAlive Icons, y de hecho no descartamos que su creador haya tenido algo que ver con la cámara de la Nintendo DSi.

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Como decí­amos antes, lo bueno es que podemos hacerlo tanto con una foto ya hecha como cuando estamos enfocando al retratado, por lo que podemos ir observando los cambios y mover la cámara hacia la mejor posición antes de tomar la foto (para ello se puede pulsar un botón virtual en la pantalla táctil o alguno de los botones reales de la consola). Luego también tenemos opciones como Grafiti y Comic, que en ambos casos nos permiten colocar elementos y dibujos.

Mención aparte se merecen los efectos Colores y Arco iris. El primero convierte automáticamente la imagen a blanco y negro, para añadir el color real a las zonas que pulsemos con el stylus o lápiz óptico. El segundo cambia el tono del color, por ejemplo convirtiendo los elementos azules en rojos. Eso sí­, no lo hace con la precisión perfecta de un montaje fotográfico, pues se pueden crear manchas en función de la información de color de cada parte de la imagen.

También está el filtro Caleidoscopio (para crear imágenes psicodélicas como si usásemos un caleidoscopio de verdad) y dos efectos que aprovechan especialmente el detector de rostros de las dos cámaras: Fusión y Parecidos. El primero nos permite combinar dos retratos distintos para crear una cara hí­brida (los resultados que consiguen son bastante malos en general, pues las imágenes simplemente se superponen entre sí­); el segundo requiere que aparezcan dos rostros en la misma foto, y simplemente los analiza para dar información sobre el parecido entre ambos, expresándolo en un porcentaje.

Sin olvidarnos, claro está, del efecto Montajes del que hablábamos al principio, sólo disponible mientras estamos enfocando (agradecer en este punto a David Readman e Isabel Moyano por prestarse para las fotos que os estamos mostrando… el de arriba es David, por cierto). Como vemos, unos efectos funcionan mejor que otros, pero en general proporcionan prestaciones muy curiosas y divertidas. ¿Pero qué hay de la calidad de las fotos?

Pues lo cierto es que el enfoque automático y el estabilizador de imagen funcionan bastante bien, y consiguen que las fotos no salgan movidas incluso cuando las tomamos sin preocuparnos excesivamente por mantener un buen pulso. Pero por desgracia ambas cámaras toman las fotos siempre en resolución VGA (640 x 480 pí­xeles). Esto quiere decir que mientras que las mostremos en la pantalla de la DSi todo irá sobre ruedas, pero la visualización es pobre para la pantalla del ordenador y absolutamente insuficiente para imprimir en papel nuestras divertidas creaciones.

Cierto es que, siendo una videoconsola, serí­a injusto pedirle una cámara de alta calidad. Como pasa en muchos teléfonos móviles, los resultados de las cámaras serán paupérrimos en condiciones de baja iluminación, pero no hubiese estado mal que, tal y como se especuló en su dí­a, al menos la cámara externa fuese de 3,2 megapí­xeles. Sobre todo, porque el lector de tarjetas SD permite almacenar una buena cantidad de fotos en alta resolución, y así­ tendrí­amos la oportunidad de imprimir las fotos con «calidad de andar por casa». Pero Nintendo ha desaprovechado esta oportunidad.

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La transferencia de las imágenes al ordenador, por cierto, sólo puede hacerse única y exclusivamente mediante la tarjeta. Y las fotos se guardan siempre y por defecto en la memoria interna de la Nintendo DSi. Para sacarlas de su interior, tenemos primero que copiarlas a la tarjeta, y luego contar con un lector integrado o externo en nuestro ordenador. No hubiese estado mal poder configurar la consola para guardar las fotos directamente en la tarjeta, y también incluir un cable USB para transferir así­ las fotos sin tener que abrir la ranura SD, retirar la tarjeta e introducirla luego en un lector. También vendrí­a bien que el usuario pudiese suprimir el sonido del obturador cada vez que toma una foto (y más teniendo en cuenta que es un sonido virtual), pero no se puede.

En cualquier caso, se trata de prestaciones menos importantes que la principal novedad que, en teorí­a, aportará la cámara: su aplicación en videojuegos. Ambas cámaras cuentan también con detector de movimiento, lo que a priori permitirá el desarrollo de juegos en los que el sistema de control se base en los propios movimientos del jugador, registrados por la cámara. Habrá que esperar para ver los primeros tí­tulos que aprovechen esta opción, pues de momento sólo hemos podido probar esta Nintendo DSi con tí­tulos de sus antecesoras (por supuesto, los acepta, y lo cierto es que las mejoras en el procesador y la memoria RAM se notan durante las partidas, especialmente en los tiempos de carga).

Después de la cámara, tenemos que hablar del micrófono. No porque sea realmente una novedad, pues tanto la NIntendo DS como la DS Lite ya contaban con uno y la función de reconocimiento de voz. La verdadera novedad que aporta la Nintendo DSi la encontramos en la aplicación DSi Sound, que permite hacer cosas como las que vemos en este otro ví­deo.

En el ví­deo se muestra brevemente la aplicación para controlar manualmente la velocidad y el tono de una grabación de voz. El tiempo máximo de grabación es de 10 segundos, y al entrar a esta aplicación salta por defecto una grabación continua y automática, de forma que si decimos algo mientras tenemos la consola delante, a los pocos segundos ésta misma lo reproducirá con el efecto Periquito (es decir, más rápido y agudo), personificado en la figura de un loro animado que nos asesora sobre cómo usar la aplicación

Precí­samente el efecto Periquito es uno de los que podemos encontrar si accedemos a las modificaciones de sonido predeterminadas. Éstas nos permiten reproducir nuestra voz como si fuese la de un Robot, como si nos hubiésemos tragado un globo de Helio, hablando por un Walkie-talkie o creando un eco similar al que se produce cuando estamos dentro de un Túnel. Como pasaba con los efectos de la cámara, unos están más logrados que otros (entre los peores, sin duda, el efecto Trompeta), pero son bastante graciosos. Aquí­ el problema no está en la calidad del sonido, sino en que directamente no podemos sacarlos de la consola.

Los archivos de sonido, tanto las grabaciones originales como sus ediciones posteriores, se quedan almacenados en la memoria interna de la Nintendo DSi y no podemos pasarlos a la tarjeta SD. De nuevo, una oportunidad perdida para poder compartir este tipo de creaciones sin que esté la consola de por medio. Y lo mismo sucede con la aplicación de música, en la que para empezar sólo podremos reproducir archivos en formato AAC. Igual Nintendo deberí­a aprender la lección de lo que pasó con la tienda de música de Sony y su formato ATRAC.

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Dejando a un lado la incompatibilidad con un estándar como el MP3, podemos detenernos en las opciones para jugar un poco con las canciones. Dejando claro que no podremos guardar ni transferir todas las modificaciones que hagamos, en este caso también podemos seleccionar una canción y modificar manualmente el tono y la velocidad. Luego está la posibilidad de realizar cuatro ajustes predeterminados: Radio, Instrumental (aí­sla las voces), Eco y Juego en 8 bit (se encarga de que la canción parezca que está montada para un juego de la vieja Game Boy).

Mientras suena la música, también podemos ir reproduciendo las grabaciones de voz que hayamos hecho (incluyendo las modificadas) e interpretar nosotros algunos instrumentos de percusión. Éstos se controlan pulsando los botones traseros L y R de la Nintendo DSi, con los que marcamos el ritmo con una baterí­a, unas maracas o unos zapatos de claqué, entre otros. Mientras controlamos las opciones en la pantalla inferior, en la superior podemos elegir un fondo de pantalla que cambie al ritmo de la música: desde la clásica vista de un ecualizador hasta Super Mario recorriendo un escenario y pegando saltos.

Como vemos, opciones muy variadas y entretenidas, pero es una pena que en este caso no podamos guardar lo que hagamos. Se trata, simplemente, de la posibilidad de añadir «en directo» algunos elementos a una canción. Esto se debe seguramente a que Nintendo quiere evitarse cualquier tipo de problemas con derechos de autor. Pero que no reproduzca MP3, repetimos, nos parece sencillamente injustificable.

La última novedad destacable de la Nintendo DSi la encontramos en su conectividad. Como sus predecesoras, cuenta con Wi-Fi para jugar en red y otras opciones, pero en este caso se le añade una tienda de aplicaciones al estilo iPhone. En ella podrán descargarse, por ejemplo, un navegador para páginas de Internet o algunos juegos sencillos que aprovechen el detector de movimiento de la cámara. Pero no estará lista hasta que la DSi llegue a las tiendas españolas en Abril, de ahí­ que no podamos contaros gran cosa al respecto.

Conclusiones

Al final, como siempre pasa, van a ser los juegos disponibles los que dicten el éxito de la consola. Por ello, habrá que estar pendientes para ver si los tí­tulos que aprovechen las nuevas prestaciones llegan rápido al mercado, y que además hagan un aprovechamiento verdaderamente útil e innovador. Si no se sigue esta lí­nea, es posible que los usuarios sigan prefiriendo las versiones anteriores. Porque independientemente de perder la ranura para juegos de Game Boy Advance, la nueva Nintendo DSi ha sufrido un importante recorte en su autonomí­a: como máximo 4 horas, cuando la DS Lite aguantaba perfectamente 5 ó 6 horas de partidas.

Va a ser algo especialmente importante porque, como hemos ido destacando a lo largo de todo este análisis, las nuevas prestaciones de la Nintendo DSi dan una de cal y una de arena: la cámara y las opciones de audio son muy variadas y divertidas, pero no están a la altura de las circunstancias en términos de calidad, compatibilidad y de permitir al usuario hacer lo que quiera con sus creaciones. Ya veremos su acogida en el mercado español, donde aterrizará con un precio aproximado de 170 euros, a la espera de que se anuncien los primeros paquetes de venta acompañados de juegos.

Ficha técnica

Pantallas Pantalla superior: TFT LCD 3,25 pulgadas
260.000 colores
Pantalla inferior: TDT LCD táctil 3,25 pulgadas
260.000 colores
Peso y dimensiones 137 x 75 x 19 mm
214 gr
Procesador y memoria RAM
Procesador ARM a 133 MHz
16 MB de memoria RAM
Almacenamiento 256 MB de memoria flash interna, ampliables por tarjeta de memoria SD
Controles Pantalla inferior táctil
Lápiz óptico
Botón de encendido y reinicio
Pad direccional
Botones de acción frontales (Y, X, A y B) y traseros (L y R)
Botón Start
Botón Select
Control de volumen lateral
Conexiones
Conexión para el cargador de la baterí­a
Salida universal de auriculares 3,5 mm
Ranura externa para tarjetas de memoria SD
Ranura para juegos de Nintendo DS
Wi-Fi
Fotografí­a
Cámara interna 0,3 megapí­xeles con detector de rostros y movimiento, autoenfoque y estabilizador de imagen
Cámara externa 0,3 megapí­xeles con detector de rostros y movimiento, autoenfoque y estabilizador de imagen
Opciones y efectos: Normal, Distorsión, Grafiti, Colores, Arco iris, Caleidoscopio, Comic, Muecas, Fusión, Parecidos, Montajes.
Calendario de imágenes con notas manuscritas
Audio
Reproducción de música en formato AAC
Altavoces estéreo
Micrófono integrado
Grabación de sonido (máximo 10 segundos por archivo)
Opciones de edición DSI Sound: ajuste manual de velocidad y tono, Periquito, Robot, Helio, Ventilador, Túnel, Walkie-talkie, Grave, Agudo, Mezcla, Trompeta, Silbido, Pulsador.
Opciones de música: Ajuste manual de tono y velocidad, Radio, Instrumental, Eco, Juego en 8 bit.
Opciones de instrumentos: Baterí­a, Palmas, Timbales, Maracas, Panderetas, Sintetizadores, Scratching, Bombo y Platillos, Zapatos de claquet, Zapatos de claqué, Voces, Animales, Super Mario Bross.
Modos de visualización: Normal, Ecualizador, Super Mario Bross, Bosque, Cartas, Tiovivo, Agujero Negro, Lago, Bailarines, Nieve, Asteroids, Caleidoscopio, Huevos, Montañas.
Otras aplicaciones
Reloj con alarma
Pictochat
Descarga de aplicaciones
Tienda DSi
Autonomí­a Máximo 4 horas
Precio
170 euros aprox
+ info
Nintendo

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