40 años hace que los portátiles están con nosotros. Esos ordenadores de reducidas dimensiones que integran todos los elementos necesarios en un único equipo: pantalla, teclado, ratón y el resto de componentes internos. Equipos que podemos llevar con nosotros y utilizar en cualquier parte. Aunque para ser exactos hace cuatro décadas eran sólo un concepto en la cabeza de un ingeniero informático. Y desde luego que, en sus primeros años, no tenían ni las prestaciones ni las comodidades de ahora.
Para encontrar sus orígenes hay que remontarse al año 1968, cuando Alan Kay (más tarde empleado de Xerox PARC) tuvo la idea de crear un ordenador pequeño con interfaz gráfica integrada. El invento fue bautizado como Dynabook, y se considera que sentó las bases de los actuales portátiles. Pese a que su concepto está más próximo al de un tablet PC con teclado, debido a su forma de tableta. Y, sobre todo, pese a que nunca llegó a fabricarse.
No obstante, el Dynabook se convirtió en el referente para futuras innovaciones en este campo. En aquella época, Kay soñaba con un portátil de sólo 22 centímetros de ancho y menos de un kilogramo de peso, asequible y que contribuyese a la educación de los niños. Que ese planteamiento recuerde a los llamados OLPC no es casualidad. El mismo Kay está involucrado en este proyecto, que últimamente no está funcionando tan bien como sus fundadores esperaban.
No fue hasta abril de 1981 cuando alguien retomó la idea de Kay para aplicarla al Osborne 1, considerado el primer ordenador portátil con éxito comercial. Aunque en la práctica no era muy llevadero, porque pesaba más de 10 kilos y carecía de baterías para funcionar de manera autónoma. Utilizaba disquetes de 5 ¼ pulgadas para ejecutar las distintas aplicaciones (procesadores de texto o lenguajes de programación) en su diminuta pantalla de 5 pulgadas.
A pesar de su coste superior a los 2.000 dólares (unos 1.580 euros actuales) se vendieron 10.000 unidades sólo en el primer mes. Pero la competencia sacó ventaja y, apenas dos años más tarde, la Osborne Computer Corporation, compañía que lanzó el Osborne 1 se declaraba en bancarrota.
Paralelamente al Osborne 1 surgía el Epson HX-20 en 1981, si bien no se comercializó oficialmente hasta 1983. Su diseño es más parecido a la idea original del Dynabook: una tableta del tamaño de una hoja A4, con teclado integrado y una pantalla LCD con ínfima resolución (sólo 120 x 32 píxeles). Llevaba una pequeña impresora similar a la de una calculadora. Funcionaba con casetes, o disquetes si se adquiría el periférico adecuado. A su favor tenía una batería con 50 horas de autonomía y sólo 1,6 kilogramos de peso. Pero fue igualmente barrido por la competencia.
Eso es sólo el principio. Tras la desaparición del Osborne 1 y del Epson HX-20, aparecerían en el mercado nuevos modelos que incorporarían algunos elementos fundamentales para el desarrollo de la industria. Los abordaremos en la siguiente entrega de este repaso a la historia del ordenador portátil.
Foto superior de funadium
Vía: Xataka
… y vosotros (Chema&Beatriz) 25.
Felicidades!