Especial Los Inventos de Nuestros Antepasados (1ª parte, 2ª parte, 3ª parte y 4ª parte)
Los gadgets no son un tema exclusivo del siglo XXI. Mucho antes, incluso a principios del siglo pasado, hay quien ya se dedicaba a dar rienda suelta a su imaginación para crear gadgets y pequeños útiles que pudieran hacer la vida más fácil a sus conciudadanos. Con buena fe y muchas dosis de originalidad, consiguieron que Maurice Collins, un inglés jubilado y muy curioso, guardara cerca de 1.400 artilugios como auténticas reliquias. Hoy, después de tanto tiempo, ha cedido 50 a la Biblioteca Británica de la Propiedad Intelectual, para una exposición temporal. Y nosotros hemos querido asomarnos y mostrar algunos de estos curiosos inventos de nuestros antepasados.
El GPS de 1920
Primero llegó la brújula. Después, el GPS analógico. Sí, amigos, el TomTom no es el primer GPS que existió sobre la faz de la tierra. Allá por el año 1926, alguien confeccionó una especie de reloj con mapas de papel integrados, en los que se podía leer una ruta. Bastaba con hacer girar los rodillos para que apareciera con todo detalle el camino a seguir. En la imagen superior podéis ver el aparato, junto a la cajita de los mapas, dispuestos en su correspondiente rollo. Además, este invento tenía un doble uso como anotador de resultados en una partida de golf. Eso sí que es ingenio.
Ya es mala suerte que hoy en día el masaje no se considere indispensable para la salud. En la década de los 30, los teóricos estaban seguros de que el masaje era idóneo para mantener una circulación óptima, piel tersa y en general un aspecto saludable. Aunque su aspecto no inspire relax, estamos delante de un masajeador mecánico, que al pasarlo sobre la piel de la persona, emitía unas ligeras descargas la mar de reconfortantes. Bueno, o al menos eso dicen.
Protector de bigotes
La ineludible cita en la mesilla de té tenía ciertos inconvenientes para los portadores de mostacho. Por aquello de no mojarse las barbas, alguien pensó en crear una taza con protector de bigote incluido, que hace que el líquido se desplace única y exclusivamente hacia la boca. También existe una variante en cuchara que tiene el mismo formato, y que está especialmente indicada para los platos de sopa.
Alarma antirrobo
El último gadget que os presentamos en esta primera entrega, está fechado a finales del siglo XIX. Con él podemos hacernos cargo de que los ciudadanos de entonces estaban tan o más preocupados que nosotros para evitar que entraran ladrones en su casa. No tenían la televisión de mentira para simular la presencia de gente en casa. Pero, a cambio, si disponían de esta alarma antirrobo que se colocaba detrás de la puerta. Cuando el caco la empujaba, la palanca de la alarma se accionaba y empezaba a emitir un sonido ensordecedor.
Fotos de Maurice Collins / Vía: Daily Mail