Las botellas de plástico del futuro podrí­an biodegradarse solas en cuatro meses 4
Si las botellas de plástico pudieran descomponerse solas en poco tiempo y sin afectar al medio ambiente, podrí­an solucionarse problemas como la alta ocupación de los vertederos o la nocivididad de materiales como el PVC. Precí­samente en eso está trabajando un equipo de investigadores de la Universidad de Ciencia y Tecnologí­a de Missouri: nuevos materiales plásticos que desaparezcan en cuatro meses y cuyos residuos no supongan un impacto medioambiental.

Dirigidos por el Doctor K.B. Lee, el equipo está trabajando para encontrar una «mezcla perfecta» de materiales, entre los que se incluyen polí­meros biodegradables en recursos naturales como el aceite. Ya existen plásticos similares, pero suelen ser caros, de baja calidad o destinados a usos muy especí­ficos, como las tí­picas bolsas de plástico del supermercado. El objetivo de los investigadores es reducir su coste, usando otros materiales tan naturales como el almidón de maí­z.


Las botellas de plástico del futuro podrí­an biodegradarse solas en cuatro meses 4
Y es que a través de la fermentación del almidón se obtiene poliácido láctico, un polí­mero que acaba degradándose en agua y dióxido de carbono. Esto no es completamente inocuo para el medio ambiente, ya que el dióxido de carbono es un gas que contribuye al efecto invernadero* (ver nota final). Pero sí­ que es mucho menos nocivo que los gases que, por ejemplo, genera el PVC al usar cloro en su composición.

Lee afirma que “el poliácido láctico tiene el potencial de reemplazar a las botellas de agua usuales», y por ello están centrando su trabajo en primer lugar en este tipo de aplicación. Pero también podrí­a encontrar aplicaciones agrí­colas (para los plásticos que se usan en cierto tipo de plantaciones) y médicas (envasado de medicamentos, fabricación de jeringuillas…).

Las botellas de plástico del futuro podrí­an biodegradarse solas en cuatro meses 4

No sólo serí­a una buena solución para algunos de los desperdicios que el hombre va dejando a su paso, por ejemplo, en excursiones domingueras. También se harí­a notar en los vertederos, que en Estados Unidos reciben más de 30.000 millones de botella de agua al año. Sometiendo estos nuevos plásticos a temperaturas constantes de entre 50 y 60 grados centí­grados, «se descompondrí­an en un plazo de entre 45 y 60 dí­as», según el doctor Lee.

Es decir, el proceso de biodegradación podrí­a acelerarse sometiendo los plásticos a altas temperaturas (aunque quizás no harí­a falta, teniendo en cuenta el calor que puede llegar a hacer en un vertedero a pleno sol durante 10 horas al dí­a). Esperemos que la investigación obtenga buenos resultados y pueda aplicarse a gran escala. Al menos suena mucho más práctico que los móviles y portátiles biodegradables de madera de bambú como Chute o Asus EcoBook.

* Según aclara un lector, el ciclo global de este carbono serí­a 0, por lo que su efecto sobre la atmósfera serí­a el mismo que producimos las personas al respirar (gracias a Txema por la aclaración).  

Imagen bolsa de plástico: The BrassPotato

Ví­a: Physorg / Missouri University of Science of Technology

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