Boeing ha conseguido volar con un avión que funciona con pilas de combustible de hidrógeno. Las pruebas, que se llevaron a cabo entre Febrero y Marzo en el Aeródromo de SENASA (ubicado en la población toledana de Ocaña) tiene su especial relevancia. Se trata del primer aeroplano de estas características en toda la historia de la aviación que consigue completar un vuelo tripulado.
La compañía aprovechó la estructura de un motovelero biplaza Dimona (traducido, un avión pequeño) que fue modificado específicamente para la ocasión. Lo equiparon con un sistema híbrido de potencia que combina la pila de combustible PEM (membrana de intercambio protónico) y una batería de iones de litio, que abastece de energía al motor eléctrico de la hélice. Esta configuración es más respetuosa con el medio ambiente que las habituales basadas en derivados del petróleo.
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Durante las pruebas realizadas el avión llegó a una altura máxima de 1.000 metros sobre el nivel del mar usando los dos métodos de propulsión al mismo tiempo. Cuando el avioncito alcanzaba la velocidad de crucero, los pilotos desconectaban el motor eléctrico. Usando sólo las pilas conseguieron mantener el vuelo estable durante 20 minutos a una velocidad de 100 kilómetros por hora. Aunque no hayan logrado la potencia de una nave supersónica la prueba podría calificarse como satisfactoria.
La tecnología ha sido desarrollada por un equipo de ingenieros de la compañía establecido en Madrid. Han contado con la ayuda de empresas de distintas nacionalidades: Estados Unidos, Reino Unido, Austria, Alemania, Francia y sobre todo España. Boeing seguirá investigando en este sistema de propulsión, pero, de momento, sólo se podrá usar con aviones de pequeñas dimensiones. A largo plazo podría incluirse en los generadores de potencia secundarios de aviones grandes.
Vía: Boeing
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