Que sepamos, sólo en Rusia fabrican de verdad teléfonos de madera. Pero ésta es una idea que tienen en la cabeza muchos diseñadores, como ya vimos con aquel móvil rústico de Simon Enever. El último concepto viene de la mano de Michael Laut, que ha bautizado como Chute a un teléfono con la carcasa hecha de madera de bambú, completamente biodegradable.
Sólo es un diseño, pero su creador habla de un teléfono inteligente o smartphone, con un tacto mucho más agradable que el frío metal o el insensible plástico, materiales habituales tanto en los teléfonos de prestaciones avanzadas como en los más sencillitos. Lo importante, según Laut, es transmitir una «sensación relajante y natural desde un dispositivo de alta tecnología».
Una agradable sensación que podríamos vivir sin consumir la misma sustancia que debió tomar Laut (esperemos que no fuese un «chute») cuando se le ocurrió este diseño. Mención especial aparte merece el fotomontaje que nos muestra a su Chute recargándose con un tallo de bambú. Inventiva no le falta al muchacho, hay que reconocerlo.
Vía: Yanko Design