Toshiba está viviendo uno de sus peores momentos. La compañía japonesa ha visto como sus acciones cerraban la sesión de este jueves en la Bolsa de Tokio con una caída del 16,97%, hasta los 258,7 yenes, la cifra más baja que se había apuntado desde el pasado mes de mayo. Así, en apenas una semana, Toshiba ha registrado perdidas de hasta el 42% del valor que tenía en Bolsa. Pero esto no es flor de un día. Los activos que había adquirido en diciembre de 2015 la filial estadounidense de Toshiba, Westinghouse, habían caído varios miles de millones de dólares. Esto, junto con el contexto que ya vivía la compañía, ha hecho que los resultados financieros hayan sido rematadamente negativos. A todo esto hay que sumar las caídas que se han ido registrando a lo largo de esta semana, con descensos de hasta el 20,43 % el miércoles y del 11,62 % el martes. En total, estamos hablando de pérdidas que han superado los 6.300 millones de euros de su capital.
Toshiba es consciente de que estos datos provocarán una erosión importante en el valor de sus acciones, así como un desgaste importante del negocio y por supuesto, de la situación financiera de la empresa. Por su parte, la agencia Moddy’s ha rebajado la nota de solvencia de Toshiba, debido a la preocupación existente con respecto a las posibilidades de liquidez que tiene la compañía a corto plazo.
Y aunque este ha sido un año francamente desastroso, el declive de Toshiba viene de lejos. La compañía viene arrastrando una crisis que, en 2015, hizo que tuviera que cerrar con pérdidas de más de 4.500 millones de dólares y 7.000 despidos alrededor del globo. Ya por aquél entonces, se publicaban pronósticos de pérdidas y sus acciones se redujeron hasta un 10%. Lo más grave de todo es que Toshiba no siempre ha sido clara con respecto a sus números. La compañía, que fue fundada hace más de 140 años, se convirtió en un referente en la fabricación de ordenadores personales, pero a finales de 2015, la empresa anunció que eliminaría su división de productos electrónicos y reconoció que desde el año 2008 había sido un tanto exagerada con respecto a sus beneficios.
Por lo visto, los responsables de Toshiba engañaron a la hora de dar las cifras de beneficios, justo en un momento en el que el mundo entero estaba sumergido de lleno en la crisis económica. El escándalo fue de tal magnitud que el presidente y director ejecutivo de la multinacional, Hisao Tanaka, tuvo que dimitir. Fue entonces cuando Masashi Muromachi tuvo que hacerse con el timón de la empresa. Este se puso entre ceja y ceja recuperar la confianza de los accionistas, que sufrieron el engaño de la antigua dirección. Fue entonces cuando se anunció una importante reestructuración de Toshiba, pero a la vista está que las decisiones que entonces se tomaron no han dado ningún fruto.
Parte del declive económico que ha padecido Toshiba tuvo que ver directamente con el desastre nuclear de Fukushima, un sector (el nuclear) en el que la compañía tenía depositados parte de sus intereses. A raíz del desastre, el temor existente con respecto a los reactores nucleares ha frenado la construcción. De ahí que haya tenido un fuerte impacto económico en las cuentas de la compañía.
Pero Toshiba no sería la única, solo que no habría conseguido ponerse a flote. Otras compañías como Hitachi, Panasonic y Sony han reducido la producción de productos electrónicos para invertir en otros sectores, como por ejemplo infraestructuras, repuestos para automóviles, etcétera. ¿Será capaz Toshiba de ponerse en vereda o estará llegando ya demasiado tarde?