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Just Eat, fundada en Dinamarca por Jesper Buch en el 2000, ha supuesto un alivio para millones de personas los fines de semana. Pedir comida un domingo a cualquier restaurante que esté asociado con la marca y que te la traigan a casa (a veces sin gasto adicional) es, casi más que un lujo, una necesidad. 16 años después de su fundación, Just Eat comienza a hacer el reparto mediante robots.

La escena podrí­a ser la siguiente: te levantas una mañana de domingo, por supuesto de resaca y con el hambre de cincuenta personas. Abres el frigorí­fico y tus ganas de cocinar son minúsculas. Y, encima, está vací­o. ¿Qué haces? Abres en tu móvil la app de Just Eat y a pedir. Y que te lo traigan. Luego llaman a la puerta, acudes raudo y veloz con la barriga emitiendo rugidos infernales, la abres y, tras ella, aparece el tí­pico droide que te trae el kebab. ¿Cómo? ¿Un droide? ¿Donde está el simpático joven que siempre me traí­a la comida?

De momento, este peculiar servicio solo está disponible en el Reino Unido, más concretamente en la localidad de Greenwich. Las maquinas inteligentes han sido desarrolladas por la empresa Starship Tecnologies, una compañí­a que se dedica, expresamente, a fabricar robots de reparto (sí­, ese campo existe). El droide puede alcanzar una velocidad de 6 km/h por lo que solo se podrí­a usar en entregas de cortas distancias. Cada máquina está equipada con un sensor GPS, cámaras e incluso micrófonos con los que pueden comunicarse con los humanos que se encuentren por el camino.

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El primer restaurante en disponer de este servicio de reparto por droide es el Taksim Meze, un restaurante turco local. Según cuenta el tabloide The Sun, Simone, una vecina de Greenwich, se dispuso a pedir un kebab a través de la aplicación móvil de Just Eat y, cuando abrió la puerta para recibirlo, no podí­a creer lo que sus ojos estaban viendo: un robot de seis ruedas con la forma de un tupper gigante, coronado por una antena. Solo tení­a que abrir el droide y, en su interior, se encontraba el tan ansiado kebab.

Dos cuestiones nos asaltan cuando asistimos al relato de los droides repartidores. Uno, qué pasarí­a si, con el tiempo, algunos de estos fallasen, se perdieran, y vagaran sin rumbo por las calles del Reino Unido. En España sabemos lo que pasarí­a (acabarí­an siendo robados y trasladados a una chatarrerí­a) pero en el Reino Unido… ¿Quién sabe? Esperamos que no se alí­en para comenzar una guerra de robots repartidores contra la humanidad. Dos, si este servicio no estarí­a poniendo seriamente en peligro el trabajo de personas fí­sicas reales. Si bien para fabricarlos hace falta mano de obra, el reparto serí­a responsabilidad de máquinas. Y esto es una realidad.

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Si el proyecto tiene éxito, seguramente se sumarán más empresas al reparto con droides. ¿Tendrá Just Eat en su mano convertirse en una marca revolucionaria? Eso solo el tiempo lo dirá. Ahora, si me lo permiten, voy a mirar qué pido de comer, porque me está entrando hambre.

via | The Sun

 

 

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