El Pentágono estadounidense tiene un grupo de trabajo que analiza películas porno por encargo del ejército estadounidense. El presupuesto necesario para mantener esta unidad es de 5.500 dólares al año (unos 5000 euros, aproximadamente). La pregunta es: ¿por qué existe este grupo de trabajo que analiza películas porno?
Una censura imperfecta para evitar que los soldados vean porno
El objetivo de este grupo de expertos parece ser evitar que los soldados estadounidenses tengan acceso a contenido sexualmente explícito cuando se encuentren de servicio en otros países. El grupo de trabajo del Pentágono se encarga de analizar las películas porno (y otro tipo de películas) para descartar todas aquellas que tengan contenido considerado como «lascivo».
Se trata de una tarea que muchos consideran ridícula y que conlleva un desperdicio de dinero: aunque el presupuesto es relativamente bajo ”“el grupo necesita unos 5.000 euros anuales”“, no queda claro el verdadero cometido de una actividad de estas características.
En primer lugar, hay que mencionar que los soldados estadounidenses no tienen prohibido el consumo de contenidos gráficos o audiovisuales con desnudos: en las bases pueden, por ejemplo, conseguir revistas como Playboy u otras similares. Podría decirse, por tanto, que el grupo de revisión del Pentágono se encarga de censurar únicamente los contenidos con desnudos que puedan resultar lascivos o sexualmente explícitos.
Esto nos lleva a comentar otra cuestión importante: es difícil entender por qué el gobierno estadounidense querría prohibir a soldados mayores de 18 años el consumo de pornografía. ¿Por qué el gobierno debería regular o censurar contenidos que esas personas, por su edad, podrían ver en cualquier otro lugar o circunstancia sin problemas ni limitaciones legales?
Lógicamente, la paradoja no pasa desapercibida: el Pentágono permite que los soldados vean desnudos, siempre que no sea contenido sexual explícito. En las bases militares se puede acceder a películas y revistas de todo tipo, menos a películas o vídeos porno. Pero no olvidemos que en el siglo XXI estos soldados no tendrían ningún problema para acceder a contenidos de este tipo a través de Internet, e incluso podrían salir de la base para comprarlos en otros sitios.
Para los más críticos con este grupo de trabajo, destinar un presupuesto a este tipo de investigaciones no solo es un desperdicio de dinero público, sino que además podría estar en conflicto con los derechos constitucionales de acceso a la información al utilizarse como un medio para la censura.
El grupo de control actúa, de momento, bajo el amparo de una ley aprobada en 1996 sobre «el honor y la decencia» entre en el ejército estadounidense. Esta ley prohíbe la venta y alquiler de material sexual explícito en las bases militares, y se ha convertido en la base para justificar la existencia de «censores del porno». El grupo se reunió por primera vez el 29 de julio de 1998 y desde entonces se dedica a analizar los contenidos para determinar qué material se considera porno y cuál es simplemente desnudo no lascivo (y, por tanto, admitido).
Para ver si ven a la hija de Obama o de George Bush………….