Gmail

Es difí­cil que ocurra, pero tampoco es imposible. ¿Has detectado un movimiento sospechoso en tu cuenta de Gmail? Para acceder al correo electrónico de Google hay que disponer del nombre de usuario y la contraseña de su propietario, pero si has tenido un descuido o tu teléfono u ordenador han estado expuestos a una amenaza de seguridad, no serí­a tan difí­cil que un cibercriminal se hubiera saltado todas las medidas de seguridad para inmiscuirse en tus datos personales. Pero, ¿cómo puedo saber si alguien ha accedido a mi cuenta de correo electrónico? Si detectas movimientos extraños, mensajes enviados desde tu propia cuenta y otras acciones fuera de lo común, tendrí­as que echar un vistazo a las siguientes recomendaciones. ¡Alguien podrí­a estar usando tu correo!

Qué cosas deberí­an ponerte en alerta

Nosotros te recomendarí­amos estar atento a cualquiera de estos movimientos:

  • Recibes un mensaje que aparentemente tiene tu propia cuenta como remitente
  • Si tienes en la bandeja de entrada mensajes de spam que parecen enviados por ti
  • Recibes respuestas a mensajes que tú no has enviado

¿Qué está pasando?

Podrí­a tratarse de un ataque de spoofing, esto es, una suplantación de identidad. El criminal falsea la cuenta de correo electrónico para ocultar el remitente real. Falsificar el dato no es complicado, así­ que si alguien trata de falsificar tu dirección y al final se produce algún tipo de problema con el enví­o, el mensaje te llegará a ti de nuevo, aunque no hayas sido tú el que lo ha mandado. En todo caso, puede que hayan ocurrido dos cosas: que el mensaje se fraudulento y alguien haya falsificado tu dirección para que aparezcas tú como remitente o que el remitente haya puesto tu dirección para que las respuestas lleguen a tu cuenta. Esto significa que no tiene por qué tratarse de un caso de spoofing.

¿Cómo comprobarlo?

Si finalmente sospechas que hay alguien usando tu cuenta de correo, lo mejor que puedes hacer es comprobarlo a través de la herramienta Última actividad de tu cuenta. Para ello sigue estas instrucciones:

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1. Accede a tu cuenta de Gmail introduciendo tu nombre de usuario y contraseña.

2. En la parte inferior de la bandeja de entrada, pulsa sobre el enlace Información detallada.

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3. Ahora verás una tabla con toda la información que necesitas conocer. Aquí­ se incluye la fecha y la hora de las conexiones (en tu zona horaria), la ubicación y la dirección IP (en la captura la hemos eliminado por razones obvias) y el tipo de acceso (si eso ha sido a través de navegador, móvil, POP3, etcétera), incluyendo el navegador o si ha sido a través del móvil. De este modo, podrás tener una idea bastante clara de si alguien ha hecho un movimiento del que tú no eres responsable.

4. Desde este mismo apartado podrás cerrar todas las sesiones que estén abiertas en la web (exceptuando la tuya), lo que te vendrá muy bien si alguien está accediendo a tu correo desde otro lugar. También podrás configurar alertas para recibir avisos en caso de inicios de sesión fraudulentos.

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Cambia la contraseña

1. Y hazlo regularmente. Usa una contraseña que te resulte fácil de recordar, pero que a la vez sea complicada de adivinar. Recuerda que debe ser lo suficientemente larga, contener mayúsculas, minúsculas y combinar letras y números. Para ello, accede a tu cuenta de Gmail y pulsa sobre la rueda dentada de la parte superior derecha. Elige Configuración.

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2. Acto seguido, selecciona la pestaña Cuentas e importación. En la parte superior tienes la opción de cambiar la contraseña.

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3. Lo único que tienes que hacer es pulsar sobre Cambiar contraseña. El sistema te pedirá que incluyas una de nueva contraseña, con instrucciones precisas sobre cómo conseguir que sea más segura. Con esto ya habrás dado todos los pasos necesarios para proteger tu cuenta de correo electrónico.

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