rostros

8 de la mañana: Fí­sica. 9 de la mañana: Matemáticas. 10 de la mañana: Historia de la Roma Antigua. 10 y 10 minutos de la mañana: ¿Cuándo podré comerme el bocadillo? ¿Con este plan quién puede aburrirse? Pues está claro que muchos. Con la vuelta al cole encima, son muchos los profesores que tendrán que ingeniárselas para que sus alumnos presten atención a sus clases y dejen de cazar moscas por el techo. Esto es lo que ha hecho el profesor chino Wei Xiaoyong. El docente, que imparte una asignatura de ciencias en la Universidad de Sichuan, ha puesto en marcha este curso un revolucionario sistema para saber si sus alumnos se están aburriendo en clase. Hasta ahora esto podí­a saberse porque los alumnos suelen luchar para que sus párpados no les jueguen una mala pasada, bostezan con insistencia y mueven el culo de su silla como si tuvieran una legión de hormigas haciéndoles cosquillas. Pues nada de eso, Xiaoyong ha querido añadir un poco de tecnologí­a al asunto, usando un sistema de reconocimiento facial. Así­ no habrá quién se atreva a perder el hilo…

Pero ojo, que este sistema no es nuevo en las clases de este ingenioso docente. Al parecer, Wei Xiaoyong lleva cinco años usando la tecnologí­a de reconocimiento facial para pasar lista. Por lo visto, el hombre es un poco despistado y si se olvida de mencionar a todos los alumnos de su clase para comprobar que han venido, el sistema lo hace por él. El caso es que, cuando empezó a dar clases en la universidad, se le ocurrió que podrí­a usar esta misma herramienta para analizar las emociones faciales de los que asisten a sus asignaturas para comprobar si están centrados en la clase o si, por lo contrario, están más aburridos que una ostra.

aburrido

En realidad, dice Wei Xiaoyong, la técnica le viene fenomenal a él para analizar si sus clases son interesantes o para ampliar, renovar o mejorar los contenidos que comparte con sus estudiantes. Según ha explicado, el lector de rostros se encarga de confeccionar una curva para cada estudiante, de modo que el profesor tiene en sus manos un historial completo de todo lo bien que puede estar en sus clases. Con esta lí­nea personalizada, es más fácil apreciar si el interés del alumno ha decaí­do o si sigue tan motivado como suele ser habitual. Al analizar los datos en conjunto, el profesor también puede observar si aquellas técnicas que ha usado para dar vida a sus clases han funcionado o si tendrá que seguir innovando o desarrollando nuevas actividades para que el acto educativo tenga un efecto más certero.

El profesor ha transferido esta técnica a muchos compañeros de trabajo para que lo utilicen en las universidades de toda China, así­ que el uso de este prototipo podrí­a extenderse pronto a un montón de espacios educativos. No obstante, hay que indicar que esta herramienta también podrí­a usarse en muchos otros ámbitos relacionados con el campo de las ciencias sociales o la psicologí­a.

En España la cosa todaví­a está muy verde, pero en China ya son muchos los espacios en los que se trabaja con reconocimiento facial. Esto incluye cajeros automáticos o el propio Uber, que puede funcionar con esta avanzada tecnologí­a desde abril de este mismo año.

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