Hay quien se conforma con ir de vacaciones a Torremolinos o Benidorm, otros que tienen más suerte y pueden viajar a Europa o países más exóticos como la India o Japón. El caso, es que las aspiraciones del ser humano van aún más allá y todos aquellos a los que el planeta Tierra se les ha quedado pequeño, suspiran con ver mundo fuera de él. ¿Son las vacaciones en espacio el futuro o un capricho para ricos?
Cada vez son más las empresas turísticas que se aprovechan del avance de la tecnología para ofrecer a sus clientes una experiencia que traspase todos los límites de lo conocido. Se trata de los viajes al espacio, cuyas opciones son de los más variopintas: Desde una nave que promete dar pequeñas vueltas en el espacio durante unos minutos, hasta vuelos experimentales sin gravedad. Richard Branson, creador de la marca Virgin, es precisamente una de las piezas claves de los viajes al espacio.
Branson invirtió parte de su dinero en el desarrollo de VSS Unity, una nave convencional que podrá salir de nuestro planeta. El viaje, como no podía ser de otra manera, tiene un precio de 250 mil dólares, una cifra solo al alcance de unos pocos afortunados. Lo cierto, es que la propia compañía informó recientemente que ya tienen reservados todos los viajes para el primer año de servicio. En este caso ahora mismo parece más un capricho para ricos.
Amazon también juega un papel importante en esto del turismo espacial. El gigante del ecommerce tiene en manos un proyecto, bautizado como Blue Origin, que consiste en un cohete vertical con una cápsula con capacidad para seis personas. La nave experimentará unos minutos sin gravedad para después descender con unos paracaídas. Hasta la fecha todos los viajes de prueba se han hecho con éxito y se espera que arranque oficialmente el año que viene. Por el momento desconocemos los precios, aunque ya hay una lista para apuntarse.
Sin tener conocimiento sobre si más adelante podremos elegir un destino vacacional fuera de la tierra porque nos alcance al resto de los mortales para pagarlo, todo hace indicar que para el año 2024 viajar sobre tierra firme no se llevará, es decir, no estará de moda. De hecho, se espera que los viajes fuera del planeta sirvan para algo más que subir y bajar. Los turistas podrán permanecer un tiempo en el espacio, unas vacaciones con las que ya sueñan el 63 por ciento de los españoles. Pero hasta que sea posible llegar al espacio, en la Tierra se pondrán en marcha balnearios sin gravedad, además de observatorios espaciales donde los que se hospeden podrán saber lo que es la ingravidez.
Lejos de caprichos sibaritas, otro de los principales objetivos de las nuevas tecnologías será el de hacer más corto el tiempo de los viajes, un paso obligado al turismo espacial con el que tantos soñamos. Reducir los aburridos vuelos de más de 20 horas y que un trayecto entre Nueva York y Sidney se pueda llevar a cabo en menos de tres horas ayudaría a esa conquista.
