Los rumores sobre todo lo relacionado con el próximo iPhone de Apple no dejan de crecer. Se espera que la compañía presente dos nuevos teléfonos el próximo mes de septiembre, los cuales serán bastante superiores a la generación actual. A pesar de que este año tocaba una revisión sencilla, Apple habría querido igualarse a muchos de sus competidores y colocaría en el mercado dos modelos a la altura de los actuales gama alta.
La cámara sería una de las prestaciones que mejorarían notablemente y protagonista absoluta de los nuevos dispositivos. Mucho se ha hablado de ella y por lo que conocemos hasta la fecha contaría con un sensor de 12 megapíxeles y posible disparo DSLR. Esto significa que los usuarios podrían capturar imágenes con mucha más calidad (incluso en 3D). En el apartado estético, muchos están deseando que Apple anuncie un iPhone en el que la cámara no sobresalga un poco, si no que consiga ubicarse de manera que quede completamente plana. Se habrían filtrado unas nuevas imágenes que demostrarían, que desgraciadamente los nuevos iPhone seguirían contando con este «problema».
Si os fijáis en las imágenes, todas estas piezas corresponderían al anillo que rodea la cámara, que como veis seguiría teniendo relieve. No extraña demasiado, sobre todo teniendo en cuenta que los últimos rumores coinciden en que Apple no cambiaría demasiado el diseño de los nuevos iPhone 6S y iPhone 6S Plus. Parece, que la compañía estaría más centrada en reforzar el material del chasis. Quizá es por ello que se habla de la inclusión del Aluminio Series 7000, presente en el Apple Watch, y con el que se conseguiría disponer de un dispositivo mucho más resistente a golpes y caídas.
Este año, siguiendo con el apartado del diseño, los nuevos teléfonos podrían, además, ser un poquito más gruesos (imperceptible para el usuario). El hecho de que se esté pensando en dotar a los dispositivos con la tecnología Force Touch, incrementaría su grosor, aunque, como decimos, de manera ínfima. Por otro lado, es muy posible que se prescinda por fin de las rayas que aparecen en la parte trasera del teléfono (tanto las de la parte superior como las de la parte inferior). Por fin parece que Apple habría hecho progresos en las conexiones.
En lo que respecta al resto de prestaciones, la nueva generación de dispositivos móviles de Apple seguirían contando con los mismos tamaños de pantalla que el iPhone 6 y iPhone 6 Plus (4,7 y 5,5 pulgadas respectivamente). El procesador sería otra de las grandes mejoras de este año. Apple habría recurrido al chip A9, que además estaría acompañado por una RAM de 2GB, el doble que la incluida hasta ahora. Por su parte, se añadiría también un módem LTE, gracias al cual podremos disfrutar de una navegación a la máxima velocidad. Pero, si hay algo seguro es que los nuevos iPhone llegarían gobernados por iOS 9, el nuevo sistema operativo móvil de Apple que estaría disponible también el próximo mes de septiembre.