Los sistemas antipiratería siguen buscando cada página web y servidor que contiene películas, música y otros contenidos que, supuestamente, no han sido adquiridos legalmente. Unos sistemas tan potentes o tan estúpidos que llegan a detectar los propios contenidos originales. O al menos eso es lo que les está pasando a algunos estudios de cine, que denuncian ante Google la existencia de copias piratas en sus propios servidores. Un error que no deja en muy buen lugar a esta industria ni a los métodos antipiratería que utilizan.
El último caso conocido está protagonizado por Universal Pictures France, el estudio Universal en su delegación francesa. Gracias a la página ChillingEffects, que se encarga de recoger las denuncias para retirar contenido de la web, se ha descubierto que este estudio ha solicitado a Google la eliminación de una copia, supuestamente pirata, de la película Jurassic World que se estrenó en cines el pasado mes de mayo. Lo curioso de este caso es que, en dicha denuncia, el estudio Universal hace referencia a una dirección web donde está el servidor 127.0.0.1. Para los usuarios de a pie hay que decir que dicho servidor hace referencia a los propios ordenadores de la compañía. Es decir, que ni se trata de una copia, ni es pirata. No es, ni más ni menos, que la película original.
Un garrafal fallo del que parece que no se han dado cuenta en Universal, ya que no sería la primera solicitud ante Google para la retirada de dicho contenido falsamente pirata. ¿Medirán con esta fiabilidad también sus datos sobre piratería? Pero el problema de estos sistemas antipiratería que yo no reconocen ni a los propietarios de los contenidos ni la originalidad de los mismos va más allá. Así, el medio The Next Web ha constatado, también a través de la mencionada página que registra todas estas peticiones a Google, que otros estudios han caído en el mismo error. Es decir, han denunciado erróneamente un acto de piratería que en realidad no es.
El fallo viene dado por el desconocimiento de estos sistemas antipiratería o de sus responsables de lo que supone la dirección http://127.0.0.1 . Se trata de una dirección web que hace referencia a sus propios servidores y ordenadores. Es decir, a su propio contenido. Así, en su ansia de búsqueda de contenidos piratas, han acabado dando con el contenido original, salvo que nadie se ha percatado del problema hasta ahora. Algo que viene sucediéndose en numerosos casos tanto con películas, como con libros y demás contenidos culturales que se pueden encontrar por Internet.
Ahora sólo queda esperar a que los estudios de cine y otras empresas mejoren la forma en la que luchan contra la piratería, tratando de evitar el ridículo como en estos casos. Claro que ahora también cabe la duda de que sus alarmantes datos acerca de la piratería tengan el mismo criterio y valor que su lucha por acabar con ella. Y es que, si no son capaces de distinguir sus copias originales de las piratas, ¿cómo pretenden luchar contra esta lacra?
Vía The Verge