Una de las novedades de los nuevos Galaxy S6, es que ninguno integra un procesador de Qualcomm, llegan únicamente con un Exynos 7 Octa 7420, el nuevo SoC de la casa con el que la compañía espera conseguir el máximo rendimiento en ambos dispositivos. Los últimos rumores antes del domingo, día de la presentación de los nuevos Galaxy S6, ya confirmaban que esto sería así. Hace solo unas horas hemos podido conocer el porqué. Ha sido el propio CEO de la compañía, Shin Jong-Kyun, quien estuvo explicando en el Mobile World Congress la razón principal.
Según el ejecutivo, el hecho tiene que ver con los problemas de sobrecalentamiento que ha sufrido el último procesador de la californiana, el Sanpdragon 810, que era el que hubiera montado Samsung en sus nuevos Galaxy S. Para Shin, si los chips de Qualcomm fueran lo suficientemente buenos, los usarían. El CEO de la firma surcoreana recordó, que Samsung siempre utiliza componentes y materiales de la mejor calidad para diferenciar sus productos de los de sus rivales. Con estas palabras, no deja muy bien parado al Snapdragon 810 de Qualcomm, un SoC que sí habría contado con el beneplácito de otras compañías, rivales de la propia Samsung.
Lo cierto, es que montando sus dispositivos con sus propios procesadores, los Exynos, la asiática pasa a convertirse directamente en competidora directa de la propia Qualcomm. Por otro lado, que el Snapdragon 810 haya tenido algunos problemas relacionados con la temperatura, le habría servido a la firma como excusa perfecta para reducir su dependencia con los de San Diego. De momento, no sabemos qué pasará de ahora en adelante y si esto significa que Samsung rompe definitivamente con Qualcomm. De ser así, recordaríamos al Galaxy S5 como el último gran teléfono de la compañía en equipar un procesador de Qualcomm. Recordemos, que este dispositivo monta un Snapdragon 801, un cuatro núcleos que corre a 2,5 GHz.
Sin Samsung como cliente principal, Qualcomm puede verse muy perjudicada a nivel económico, lo bueno es que todavía hay firmas que apuestan por sus procesadores. Un claro ejemplo de ello es HTC, quien habría recurrido al último chip de la compañía para su último buque insignia, el One M9. El terminal, también presentado en Barcelona, cuenta con un Sanpdragon 810, un ocho núcleos que es capaz de correr a 2,0 Ghz cuatro núcleos y a 1,5 Ghz los cuatro restantes. Se espera, por tanto, que el nuevo smartphone consiga un gran rendimiento y que pueda mover fluidamente algunas de las aplicaciones más novedosas del momento. Otro de sus puntos fuertes es su diseño. El dispositivo llegará en varios colores con acabado metalizado, que le dan un aspecto muy elegante y de calidad. Los usuarios que lo elijan también podrán realizar fotos bastante interesantes gracias a una cámara principal con sensor de 20 megapíxeles, un poco más avanzada que la del Galaxy S6, que es de 16 megapíxeles. No tardaremos mucho en verlo de cerca. Se espera que se ponga a la venta en las próximas semanas a un precio aproximado de 600 euros.