Ya hemos oído hablar mucho sobre los peligros de hacerse una selfie mientras se conduce, pero… ¿Y en el aire? El año pasado una avioneta se estrelló en Estados Unidos provocando la muerte de dos pasajeros. Los investigadores recuperaron una cámara GoPro que estaba fija en la cabina del piloto y que captó al piloto y a los pasajeros realizando numerosas selfies antes de que el avión perdiera el control y se estrellara. Las fotos no dejaron constancia del accidente, pero el uso del flash de las cámaras podría haber contribuido a que el piloto perdiera la noción del espacio. No es la primera noticia que nos deja una tragedia relacionada con la práctica de tomar selfies, con caídas en acantilados y accidentes de coche incluidos. Te contamos todos los detalles sobre esta triste historia.
La historia nos lleva a Colorado, una noche de finales de mayo del año pasado. Un accidente de avioneta se llevó consigo la vida de dos personas, tras perder el control del avión y estrellarlo contra el suelo. No obstante, no ha sido hasta los últimos días que los investigadores federales han dado datos sobre las posibles causas de esta tragedia. La investigación descartó que se hubiera producido cualquier tipo de problema meteorológico o fallo mecánico en el avión. Pero lo que sí se avanza es una de las causas más probables del siniestro. Una cámara GoPro estaba fijada en la cabina del piloto y tomó numerosas fotos sobre la actividad del piloto y los pasajeros. A lo largo de todo el vuelo llevaron a cabo numerosas selfies (tanto el piloto como los pasajeros). Era de noche, así que tuvieron la desafortunada idea de utilizar el flash de la cámara del móvil.
Una práctica que podría haber provocado que el piloto perdiera momentáneamente el control del avión y no se hubiera dado cuenta de su posición. Según la investigación, el avión hizo una maniobra para volar a ras de suelo pero no lo supo enderezar antes de que el ala izquierda se estrellara contra un campo deshabitado y se produjera el fatal accidente. Para añadir más miga al asunto, los federales también confirmaron que el piloto de la avioneta no tenía permiso para pilotar con pasajeros durante la noche. Una historia que sólo deja una muestra más de los peligros que esconde una práctica tan inocente (aparentemente) como la toma de fotos de uno mismo o de un grupo de personas.
Existen ya numerosos casos en los que estos autorretratos han provocado una tragedia. Uno de los casos más recientes que circuló por todas las televisiones del mundo nos lleva a un acantilado en Portugal, en el verano del año pasado. Un matrimonio polaco con sus hijos estaban de vacaciones en Cabo da Roca, y se acercaron a uno de sus acantilados. La obsesión por tomar la mejor foto les hizo acercarse demasiado al borde, y los dos padres se precipitaron al vacío dejando a sus niños huérfanos. Tomar una buena selfie está bien, pero eso no debe hacernos olvidar nuestra seguridad. ¿Mejor vivir un día más para tomar otra foto, no?