Parece mentira. Pero el año pasado Samsung tuvo que pagar 1.000 millones de dólares a Microsoft por patentes… relacionadas con sus móviles dispositivos Android. Varias de las tecnologías utilizadas en estos modelos habían sido patentadas antes por la compañía de Windows, y tras un juicio las dos empresas acordaron un pago de royalties por cada uno de los terminales vendidos. Teniendo en cuenta el excepcional crecimiento que ha tenido la firma coreana en estos últimos años, el montante alcanza cifras mareantes. El problema es que tras la compra de Nokia por parte de Microsoft Samsung quiere volver a negociar los términos del acuerdo. Se avecina tormenta.
El negocio de las patentes es una realidad del mercado que a veces alcanza cotas que pueden parecer hasta surrealistas. Por ejemplo, Microsoft gana mucho más dinero por los terminales Android que se venden en el mercado que por los equipos con Windows Phone. Y eso que nunca ha fabricado directamente un terminal con esta plataforma. Pero la compañía fue una de las pioneras en el desarrollo de teléfonos inteligentes (aunque con un concepto mucho más pobre que el que llegó el iPhone al mercado) y cuenta con numerosas tecnologías patentadas que se usan hoy en día en los terminales Android. Eso le ha permitido cobrar una cantidad de dinero por casi cualquier smartphone con esta plataforma que llega al mercado.
Lo que muchos no se esperaban es la cantidad de dinero a la que puede ascender este concepto. Y es que unos documentos filtrados indican que solo por los terminales vendidos el año pasado Samsung ha tenido que pagar 1.000 millones de dólares a la compañía americana, una cantidad realmente alta que podría subir todavía más si la firma coreana sigue aumentando su dominio de los terminales Android. Esta cantidad surge de un acuerdo al que llegaron las dos empresas (juicio de por medio) que incluye el pago de un dinero por cada equipo con Android que venda Samsung durante siete años. En 2011 la compañía coreana llegó a colocar 81 millones de dispositivos con esta plataforma. En 2014 se espera que llegue a los 314 millones, según datos tomados de IDC.
Así las cosas, este acuerdo fue anterior a la compra de Nokia por parte de Microsoft. Según Samsung, esta adquisición supone un cambio en la situación de mercado y por ello deberían renegociar los términos del acuerdo. Algo que la compañía estadounidense no parece dispuesta a aceptar. Así que la polémica y la guerra de patentes vuelve a estar servida. Este tipo de confrontaciones han mantenido ocupados los juzgados de medio mundo. Uno de los enfrentamientos más sonados ha sido el de la propia Samsung frente a Apple, que en algunos casos incluso han desembocado en la prohibición temporal de la venta de determinados modelos.
Y también ha propiciado situaciones surrealistas, como la compra de Motorola por parte de Google hace tres años. La compañía del buscador afirmó por activa y por pasiva que tenía planes para desarrollar el negocio de Motorola (la mayor adquisición de la historia de Google), pero todos los especialistas explicaban esta compra por la extensa cartera de patentes de esta firma. El resultado: Google llegó hace unos meses a un acuerdo con Lenovo para vender al fabricante por 2.910 millones de dólares, cuando lo había comprado por 12.500 millones. Y claro, la cartera de patentes se queda con Google. Es solo un ejemplo de las extrañas situaciones a las que lleva esta continua guerra de patentes entre empresas tecnológicas. ¿Cuál será la próxima?