Sede de Microsoft

Microsoft ha anunciado que tiene previsto eliminar hasta 18.000 puestos de trabajo durante el próximo año. La compañí­a estadounidense acabará con cerca del 14% de su plantilla total, en un paso estratégico para disminuir sus gastos y potenciar los márgenes de beneficio. Este movimiento se vení­a intuyendo desde la compra de Nokia por parte de Microsoft, una incorporación que ha supuesto la llegada de otros 30.000 trabajadores a la empresa estadounidense. La compañí­a tiene previsto centrar sus esfuerzos a lo largo de los próximos años en el desarrollo de sus productos en la nube, en herramientas productivas como Office y en dispositivos móviles.

La compañí­a estadounidense tiene por delante un proceso muy complejo de reestructuración que tiene previsto realizar en el periodo de un año, y que acabará con 18.000 puestos de trabajo. En concreto, la empresa quiere terminar con la reestructuración antes del próximo 30 de junio de 2015. Durante este tiempo, tendrá que realizar un gasto aproximado de entre 800 y 1.200 millones de euros para cubrir diferentes conceptos como las propias indemnizaciones para despedir a los empleados y otro tipo de gastos relacionados con este proceso.

Nokia

Actualmente, Microsoft cuenta con una plantilla muy amplia de 125.000 empleados, a los que hay que sumar los 30.000 empleados que se han incorporado a través de la adquisición de Nokia. Hay que recordar que la compañí­a anunció el año pasado la compra del fabricante de móviles por algo menos de 5.500 millones de euros. Una adquisición que tiene como objetivo principal sostener el negocio de dispositivos móviles con el sistema Windows Phone. Este sistema se habí­a convertido en una apuesta casi exclusiva de los terminales de Nokia con el paso del tiempo (otras propuestas de Samsung o HTC apenas tuvieron relevancia en el mercado).

Los escarceos de Nokia con el mundo Android (por ejemplo con sus modelos Nokia X) podrí­an haber ayudado a que Microsoft se decidiera a dar el gran paso. El proceso de adquisición terminó el pasado mes de abril y desde entonces parecí­a claro que la compañí­a iba a reorganizar su estructura para asimilar a Nokia. De los 18.000 empleos que se eliminarán hasta el próximo mes de junio, cerca de 12.000 podrí­an pertenecer a puestos profesionales y de fabricación.

Se especula con que la plantilla de Nokia se verá reducida en torno al 10% de los empleados. La compañí­a finesa ya adelgazó en varias ocasiones su estructura antes de que se produjera la venta. Tras esta reestructuración, Microsoft quiere centrar sus esfuerzos en desarrollar varios campos de negocio que han crecido mucho en los últimos años. Por un lado, la compañí­a seguirá apostando por desarrollar los teléfonos móviles de Nokia con Windows Phone. Un negocio en el que cuenta con una pequeña porción del mercado. No obstante, también hay que tener en cuenta que Microsoft gana cada año miles de millones de euros por patentes en los teléfonos móviles con Android (de hecho, se da la extraña circunstancia de que consigue más dinero con ello que con los propios teléfonos Windows Phone). También quiere seguir desarrollando sus productos en la nube como OneDrive y plataformas de productividad para empresas. Sin duda, el gran protagonismo en este campo lo tiene la solución Office, el mayor negocio de la marca.

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