El portal de vídeos de YouTube ha introducido nuevas e interesantes mejoras recientemente. Y es que en Google parecen decididos a no dejar atrás este servicios que sigue siendo el más utilizado tanto por los creadores de contenidos como por los usuarios. Y es que no todas las alternativas permiten elegir diferentes calidades a la hora de reproducir un vídeo para adaptarse a las distintas velocidades de Internet y gustos del usuario. A continuación mostramos cómo configurarlo.
Se trata de una medida bien conocida por los usuarios avanzados, y que supone toda una ventaja para conseguir una reproducción fluida cuando no se dispone de una conexión a Internet de alta velocidad, evitando los parones en la medida de lo posible. La calidad de la reproducción se encuentra en el botón con forma de rueda dentada, situado en la esquina inferior derecha del vídeo. Siempre presente a pesar de ver un vídeo embebido o incrustado en una página web, en la propia página de YouTube o incluso a través de las aplicaciones para móviles y tabletas.
Al hacer click sobre dicho botón se despliega un pequeño menú que no interrumpe la reproducción del vídeo y donde se muestra la opción Calidad. Se trata de un desplegable que recoge las diferentes opciones de calidad o resolución de dicho vídeo, y que es relativo a cada uno. Es por ello que no todo los vídeos de YouTube alcanzan la calidad 1080p, por ejemplo. Depende de la calidad máxima en la que haya sido subido.
Actualmente YouTube permite escoger desde un mínimo de calidad de 144p, que ofrece una reproducción fluida pero con muy baja definición, hasta una calidad máxima de 4K, que sólo puede ser verdaderamente disfrutada en pantallas y monitores capaces de mostrar esta calidad. Unos márgenes que recogen varias opciones intermedias según las necesidades y gustos del usuario, entre las que se encuentra 720p (HD Ready) y 1080p (Full HD).
Y es que, controlar esta función permite evitar los típicos parones durante la reproducción hasta que el vídeo ha cargado. De esta manera, las calidades más bajas permiten cargar un vídeo de forma más rápida al sacrificar nitidez y detalle, mientras que las calidades más altas ofrecen todo lujo de detalle consumiendo más datos de Internet y necesitando velocidades de banda ancha como la fibra óptica para evitar tener que esperar hasta que el vídeo se ha cargado por completo. Como alternativa, el usuario puede escoger la opción Automática. En este modo, la reproducción cambia entre diferentes calidades de forma automática según la velocidad de Internet detectada, intentando así evitar los mencionados parones pero mostrando la máxima calidad posible en cada momento del vídeo.
Aparte de estas cuestiones, ahora hay que tener en cuenta que los vídeos en calidad 1080p o Full HD subidos a YouTube pueden reproducirse a 48 y 60 fps o imágenes por segundo. Esto supone contar con una representación tan fluida como cuando fueron grabados, luciendo de forma natural. Algo que los amantes de los videojuegos sabrán apreciar al vivir la misma experiencia y agilidad de movimiento como si estuvieran jugandolo en la propia videoconsola. Una característica que se está implementando y expandiendo de forma progresiva, pero que ya es posible comprobar en algunos vídeos publicados a modo de pruebas.
Con todo esto el usuario ya es capaz de controlar la calidad del vídeo que está viendo, sabiendo si le interesa sacrificar detalles en post de fluidez o al revés, además de disfrutar de los vídeos de juegos como si los estuvieran jugando en vivo y en directo.