Fisheye

La lente de ojo de pez es una las más extrañas y divertidas que podemos adquirir para nuestra cámara de fotos. No es precisamente la primera lente que escogerí­amos como básica, ya que no vamos a poder hacer ni una sola foto «normal» con ella. Pero son objetivos relativamente baratos (se pueden encontrar algunas muy básicas por apenas 50 euros), por lo que puede ser un capricho para jugar con la cámara de una manera diferente.

Un ojo de pez es una lente tan angular que deforma circularmente la imagen. Las encontramos normalmente de dos tipos. Por una parte en el rango de los 15 -17 milí­metros, y en el de los 8 milí­metros. Con los primeros obtenemos una imagen algo deformada, que abarca algo más que con un angular normal y proporciona efectos interesantes. No obstante, la imagen es rectangular.

Nikon_Fisheye

Los del entorno de los ocho milí­metros son más «radicales». La imagen está tan deformada que parece que le hemos hecho una foto a una bola de cristal. Además, en la foto aparecerás las esquinas en negro, ya que la imagen que devuelve el objetivo al sensor no es lo bastante grande como para llenar este.

No es el objetivo con el que harí­amos las fotos de una boda, pero tiene algunos usos muy interesantes. Es una manera diferente de acercarse a algunas realidades, y combina especialmente bien con composiciones que tienen muchas lí­neas rectas, ya que se aprecia el efecto de una manera más acusada.

8mm

Uno de los pocos usos «comerciales» de este objetivo es la fotografí­a de espacios pequeños. Es fácil encontrarnos este tipo de fotos cuando buscamos piso o imágenes del interior de un coche. Y es que gracias a lo enorme del angular, podemos mostrar muchos elementos que normalmente no cabrí­an en una sola foto.

ojo pez 2

También es una buena idea utilizar el ojo de pez para la fotografí­a de edificios. Hacer fotos arquitectónicas no es nada fácil y normalmente nos encontramos con dos problemas: casi todas las fotos de un edificio famoso ya están hechas y muy vistas, y si el edificio es grande es posible que simplemente no salga en la foto a no ser que nos alejemos muchí­simo.

Con un ojo de pez podemos darle una perspectiva muy diferente a cualquier edificio, teniendo en cuenta las aberraciones que se van a introducir en la imagen. Cambiará de forma, se ampliará la superficie que se abarca en la foto y puede que hasta parezca construido sobre el planeta Kaio de Dragon Ball.

fisheye

El otro uso más habitual son los retratos. Es una manera diferente de sacar fotos de la gente, aunque requiere un poco de confianza con el retratado, y es que si no queremos que la cara se pierda en una enorme foto del paisaje tendremos que acercarnos a escasos centí­metros de la cara. O alejarnos un poco y ganaremos un «selfie» mucho más original.

lomo fisheye (600 x 402)

Las posibilidades son variadas y dependen, como casi todo, de la imaginación que le echemos. Es una forma barata de experimentar en el mundo de la fotografí­a y ofrece una visión muy diferente y algo psicodélica de la realidad.

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