Anonymous

Las noticias sobre espionaje a través de medios telemáticos están en las portadas de los diarios frecuentemente. Habitualmente el protagonista involuntario de estas noticias es el gobierno presidido por Barack Obama, bien porque espí­a a sus aliados, bien porque hace lo propio con sus propios ciudadanos. En este caso también está implicado, muy a su pesar, el gobierno de EEUU, pero las tornas han cambiado de espí­a a espiado. Los autores del espionaje son los activistas de Anonymous.

Así­ lo reconoce un documento difundido internamente por el FBI al que ha tenido acceso la agencia Reuters. En este, se explica que se trata de un problema muy extendido y se insta a los responsables a solucionarlo a la mayor brevedad. Según este documento, el agujero de seguridad se comenzó a explotar en diciembre de 2012 y ha estado operativo hasta ahora.

Los afectados no son sólo los miembros del FBI. El ejército de EEUU y los Ministerios de Energí­a y de Salud y Servicios Sociales también han sido ví­ctimas de este espionaje. Además, se deja la puerta abierta a que otras agencias estatales hayan sido también intervenidas por miembros de Anonymous.

Anonymous

El fallo de seguridad que ha servido como puerta de entrada a las diferentes agencias afectadas es un software de Adobe, Cold Fusion, utilizado para el desarrollo de páginas web. Se trata de unas librerí­as que se incorporan al servidor web y que permiten el desarrollo de aplicaciones web de forma rápida mediante el lenguaje Java. No se aclara si el agujero explotado por los atacantes es nuevo o si se trata de un fallo de seguridad ya corregido por Adobe que no se actualizó debidamente en los servidores afectados.

Entre los datos obtenidos por Anonymous figura la base de datos de empleados, proveedores y familiares del Ministerio de Energí­a, así­ como multitud de miles de cuentas corrientes que, se teme, puedan caer en manos de personas que intenten utilizar estos datos bancarios para intentar algún robo. Siempre, se entiende, que esos datos se filtren, ya que los miembros de Anonymous nunca ha actuado por intereses económicos, sino polí­ticos.

El FBI apunta a que este caso puede estar relacionado con el de Lauri Love, un británico acusado el mes pasado de intentar robar datos de forma masiva al ejército de EEUU y a la agencia espacial NASA. Entre los datos también habí­a información personal de miembros de esas agencias y su proveedores, así­ como acceso a diversos sitios web de la NASA que pudieron ser modificados para comunicar mensajes de Anonymous, tal y como ha sucedido en el pasado con otras webs oficiales. En caso de que se le considere culpable, tendrá que afrontar una pena de 10 años de prisión y una multa de, al menos, 250.000 dólares.

Nuestros equipos y servidores, así­ como los de cualquier institución, parecen ser menos seguros cada dí­a. Las informaciones sobre el asunto que salen a la luz sobre espionaje o cibercrimen,  podrí­an ser sólo la punta del iceberg. Quizá lo más sensato sea hacer caso al gobierno ruso y volver a las máquinas de escribir como método de producir información a prueba de espí­as.

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