Tres días a 2,90 euros. Esa era la propuesta de la Fiesta del Cine en cientos de salas de cine de toda España. Y no para ver reposiciones o películas «antiguas», sino cualquier película de la cartelera. El resultado ha sido de un millón y medio de espectadores, un 663% más que en los mismos días de la semana anterior, con las tarifas habituales de las salas. Además de largas colas, tanto para comprar la acreditación online como para entrar a los cines. Posiblemente, una de las mayores sorpresas en las ciudades los pasados lunes, martes y miércoles fuesen precisamente eso, las largas colas a las puertas de los cines sólo para ver… cine.
Evidentemente, uno de los comentarios más repetidos, tanto entre los espectadores como en las redes sociales, ha sido una recriminación a las sempiternas acusaciones del gobierno y entidades de autores como la SGAE, que culpan sistemáticamente a la piratería de los cierres de muchas salas por falta de público, en lugar de poner el ojo en el precio de las entradas y en las ofertas de visionado, cada vez más alto (el precio) y de menos calidad (el visionado), que convierte una visita al cine en familia en una ocasión pocas veces repetible.
Pero al margen de las persecuciones a las páginas de enlaces y las peleas en los tribunales, tanto el propio cine como las salas españolas siguen buscando soluciones para paliar la crisis. Y, sin duda, los que triunfan en las circunstancias actuales son los modelos de bajo coste, ya sea en sala física o virtual. De igual modo que Spotify en el mundo de la música ha demostrado que se pueden implantar con éxito modelos de negocio a precios muy asequibles. Y esa es la misma línea que está tratando de seguir el cine con servicios como Yomvi o Wuaki.
Precisamente, los organizadores de la Fiesta del Cine son la Confederación FAPAE, FEDICINE (Federación de Distribuidores Cinematográficos), FECE (Federación de Cines de España) e ICAA (Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales). Las entidades que pueden ejercer su peso en la industria para hacer que, finalmente, cambie el modelo.
La Fiesta del Cine, que este año ha celebrado su quinta edición, vuelve a poner sobre la mesa el discutido tema del precio como gancho hacia el público, especialmente en un momento de crisis económica como este. Otra de las iniciativas que dio que hablar durante el verano, fue la de Cinemes Girona, una modesta sala barcelonesa que triunfó durante el mes de julio pasado con una tarifa plana de 30 euros para poder disfrutar, durante todo el año, de cualquier película proyectada en ella. En apenas unos días, la disponibilidad de los abonos se agotó, y volvió a plantearse entonces la pregunta de siempre, ¿es la piratería o el precio?
Va llegando el momento, después de tantas pistas, de que los responsables valoren si les compensa mantener un modelo de precios altos y cada vez menor afluencia de público, o este otro, de precios reducidos y tarifas planas, con opciones para los bolsillos de hoy en día.
Es que, con una entrada de 8 € (un atraco a mano armada) quien va a ir al cine tal y como esta la situacion actualmente en España… Pero claro, es mas facil echarle la culpa a la pirateria que no al atraco de las entradas, espero que esto haya servido para que se den cuenta de que a 3 € va muchisima mas gente al cine.