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Bueno para el usuario. Bueno para el autor. Bueno para las discográficas. Spotify se lanzó en 2008, como una solución al gusto de todos para hacer frente a la piraterí­a y a las descargas ilegales. Casi cinco años después y 25 millones de usuarios en todo el mundo (6 de ellos de pago), los que realmente salen beneficiados por este servicio de música en streaming, son las discográficas. Al menos eso es lo que han dicho, con bastante claridad por cierto, tanto Thom Yorke como Nigel Godrich, de la banda británica Radiohead. Sus palabras literales en Twitter han sido: «Los nuevos artistas no cobran una mierda con este modelo», entre otras cosas por el estilo.

Los autores han retirado sus discos de Spotify, pero también de Rdio y otros servicios donde estaban disponibles. Las razones para ellos son económicas. La cantidad que perciben los autores por la reproducción de sus canciones es muy pequeña, lo que es mucho más penoso para los grupos pequeños. Algunos, como los neoyorkinos Grizzly Bear, también usaron las redes sociales para difundir sus quejas sobre el modelo de negocio de este servicio. Según explicaban: «Spotify no ayuda a las bandas», especialmente a las independientes, y como un ejemplo es mejor que nada, añadí­an que por 10.000 reproducciones de sus canciones, recibieron únicamente 10 dólares. El dato real es que los autores reciben 0,0096 dólares por cada reproducción. Sólo hay que echar cuentas para llegar a la misma conclusión que Radiohead: «No os engañéis, los nuevos artistas que descubres en Spotify no cobrarán nada». ¿Habrí­a que ser realmente muy grande para que unas cifras como esas llegasen a compensar, de verdad, a un autor? A Lady Gaga no parece que le haya ido mejor: 167 euros por un millón de reproducciones.

Para muchos grupos independientes los servicios «legales» de streaming no les reportan más beneficio que la piraterí­a tal cual. Sean Parker y Derek Webb son algunos de los músicos que han sumado sus protestas contra este modelo, que no les compensa materialmente hablando. Pero, ¿cuánto puede realmente ganar un artista con sus canciones en streaming?

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Mientras tanto, hace poco conocimos por unas declaraciones de Gary Liu, director de estrategia de la compañí­a, que devuelven el 70% de las ganancias a los sellos discográficos, lo que supone más de 500 millones de dólares. Ese es uno de los eternos motivos de queja de los autores, que a la hora de hacer cuentas, son los que menos se llevan por las reproducciones o venta de discos, fundamentalmente por sus propios contratos con las discográficas, que son las que gestionan los acuerdos con terceros. El interés de la compañí­a sueca Spotify es, en palabras del propio Liu, es hacer que la música sea más rentable para los sellos discográficos, que son con los que firman los convenios.

A la compañí­a sueca tampoco le va demasiado bien con el sistema que llevan hasta el momento. Su afán expansionista no le permite, de momento, prestar un poco más de atención a los 4 millones de euros mensuales que están perdiendo, a fuerza de rendir cuentas con las discográficas. Algo que no se puede sostener por mucho tiempo.

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