La Canon EOS M ha sido la primer cámara compacta con objetivos intercambiables que ha diseñado la compañía japonesa. Uno de sus puntos fuertes es que puede utilizar la gama completa de objetivos de Canon para cámaras réflex, un elenco de lentes muy grande.
La cámara es compatible con con varias docenas de objetivos que fabrica no sólo Canon, sino también otras marcas, pero no está diseñada específicamente para ello. Y es una cámara réflex tiene un cuerpo más grande y pesa más que la pequeña Canon EOS M.
Por eso, la marca ha empezado a enseñar algunas lentes concebidas especialmente para esta cámara, con un peso más ligero (220 gramos) y un diseño más apropiado, bastante más corto que el de un angular para DSLR. De hecho, el objetivo puede retraerse automáticamente dentro del barrilete para ocupar menos espacio. A pesar de su pequeño tamaño, la lente conserva un anillo de enfoque manual por si el fotógrafo prefiere utilizar esta opción.
La distancia focal mínima de 11 mm podría hacernos pensar que estamos ante un ojo de pez, pero hay que tener en cuenta las conversiones que se producen dado el tamaño del sensor de la Canon M. De esta manera, nos encontramos que la distancia focal «real» (o equivalente en 35 mm) es de 17,6 – 35,2 mm. La distancia de enfoque mínima es de apenas 15 centímetros.
La lente es por tanto un zoom angular muy versátil. Con unos valores como estos, podemos plantearnos fotos en las que capturar imágenes muy abiertas. Los paisajes amplios o las fotos de grupo son algunas de las posibilidades que podemos explorar con valores tan bajos.
Pero Canon no ha querido construir un angular fijo, sino que le ha dado cierto juego de zoom para adaptarse mejor a las necesidades del fotógrafos. La apertura máxima del diafragma varía un poco en relación a esta longitud, oscilando entre los f.4 y los f.5,6. Con estos valores se pueden tener pocos problemas de luz en situaciones complicadas como atardeces o exteriores. También ayuda a esto la compensación de hasta tres pasos de la velocidad de obturación, para que la foto quede nítida en estas condiciones.
También para garantizar la nitidez de la imagen, Canon ha incluido un estabilizador óptico de imagen, que intenta reducir al máximo los efectos de trepidación que se producen cuando la cámara se mueve durante la toma de la fotografía. En esta línea, el objetivo cuenta con un revestimiento Súper Spectra para minimizar las luces parásitas y el velo óptico.
Pero la Canon EOS M no sólo hace fotos, sino que también está pensada para grabar vídeos de buena calidad. Por eso, este objetivo cuenta con diversas ayudas especialmente pensadas mejorar la grabación de imágenes en movimiento. Uno de ellos el IS dinámico, que compensa los movimientos más exagerados de la cámara mientras se graba, o la tecnología STM, que mueve el motor de enfoque automático de forma silenciosa para que el ruido no se cuele en la grabación.